La obra “Vigo, su ría y alrededores. Descripción Topográfico-Histórica de la ciudad”, escrita por el médico Nicolás Taboada Leal y publicada en 1840, no la menciona, y sí lo hace, en cambio, con otras menos conocidas, pero que son realmente históricas. A pesar de todo, la fuente de A Falperra resulta agradable a la ciudadanía viguesa, y los adornos barrocos realizados en piedra le dan un aspecto importante y antiguo, aunque sólo son una simple apariencia. No obstante, el barrio de A Falperra sí es un barrio histórico de la ciudad, ahora olvidado y muy descuidado, pero floreciente en su día. Y el agua de A Falperra, que antaño quizá correspondiera a un pozo, en estos tiempos resulta mucho menos romántica, pues se alimenta de la traída de aguas. En resumen: estamos ante una fuente popularmente simbólica —la fotografía la muestra en picado desde la parte posterior—, porque ni es demasiado antigua, ni sus aguas son milagrosas, ni brotan en ninguna mina.