Bajo el título de «Desplazamiento», ambas actuaciones permanecerán en el museo Marco hasta el 18 de septiembre, en la sala de exposición de la planta baja y bajo el comisariado de Iñaki Martínez Antelo.
El primer «Desplazamiento», el del propio Marco, consiste en una instalación en la que se han duplicado las paredes del museo a una altura de 50 centímetros que, al estar desplazadas al interior de las salas, obliga a repensar el lugar, ofreciendo perspectivas, itinerarios y circulaciones no habituales a sus visitantes, que se ven obligados a «sortear» estos nuevos muros, construidos en pladur.
El segundo «Desplazamiento» es la exposición de Maider López (San Sebastián, 1975), artista con un importante curriculum de intervenciones en el espacio público y exposiciones internacionales. La muestra revisa su trabajo de los últimos años, en el que acciones cotidianas y realidades comunes son cuestionadas. El espacio urbano y el paisaje natural se dislocan mediante estrategias que alteran hábitos y relaciones, generando nuevos espacios o situaciones, nuevas reglas del juego, invitándonos a repensar nuestro entorno.
Desplazar es “mover o sacar a alguien o algo del lugar en el que está”, una definición que nos da las claves necesarias para enfrentarnos a estos trabajos. No sólo porque Maider López utiliza el desplazamiento como recurso para crear situaciones de extrañamiento, sino por su voluntad de generar un nuevo lugar mental en el que confrontar nuestras ideas preestablecidas.
Así, además de la intervención en el Marco que da título a la muestra, el recorrido por los espacios de la planta baja del museo abarca toda una serie de proyectos específicos realizados a lo largo de los últimos diez años, y conectados conceptualmente con la pieza central de la exposición.
En el texto “Desvelando las conexiones de lo real”, incluido en el catálogo de la muestra, la escritora y comisaria Fulya Erdemci plantea cómo Maider López, a partir de trabajos no exentos de humor, y que a menudo implican la participación activa de personas de distintos ámbitos, nos hace experimentar con el estado de las cosas mediante sutiles cambios, pequeñas alteraciones y movimientos en su orden.
“A través de detalles de la vida cotidiana, de los espacios que nos rodean o de las relaciones triviales y ordinarias entre las personas, en sus proyectos vamos entendiendo la estructura y el orden de las cosas y nos hacemos conscientes de su fragilidad, comprendiendo que fácilmente podrían ser de otra manera”.
Durante la inauguración de la exposición, el alcalde destacó la «genialidad y el atrevimiento» de Maider López, a quien felicitó por su trabajo y a todo el equipo del museo, «una parte importante de la acción cultural de Vigo».