Aún así, soy de las que piensa que por fácil y rápido que queramos preparar nuestros platos, no debemos descuidar la alimentación ni caer en el aburrimiento; ese es uno de los principales motivos para caer en preparaciones que son todo menos saludables. Por eso hoy os traigo un pescado azul, lleno de nutrientes buenísimos, acompañado de una salsa que además de sana es deliciosa.
Ingredientes:
1 o 2 rodajas de salmón por persona.
sal.
pimienta negra molida.
Para la salsa de calabacín:
25 g de cebolla.
80 g de calabacín.
50 ml de leche.
50 ml de nata líquida para cocinar {18% materia grasa}.
aceite de oliva.
sal.
pimienta negra molida.
unas hojas de albahaca fresca.
Preparación:
Primeramente preparamos la salsa. Para ello, ponemos en un cazo pequeño un chorrito de aceite de oliva y sofreímos, a fuego suave, la cebolla picada. No debemos dejar que se dore. Cuando empiece a estar blandita y transparente, añadimos el calabacín en daditos pequeños, sin pelar. Dejamos que se sofría unos 5 minutos.
Añadimos la leche y dejamos que se cueza a fuego lento unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando. Cuando casi todo el líquido se haya evaporado, añadimos la nata y dejamos cocer 5 minutos más.
Pasamos al vaso de la batidora, añadimos sal, pimienta y las hojas de albahaca al gusto. Trituramos hasta conseguir una salsa fina. Podemos ajustar la textura de la salsa con un poquito de leche, si nos gusta menos espesa.
Calentamos la plancha a 200ºC. Podemos poner un papel de horno sobre la plancha para evitar que el pescado se rompa al darle la vuelta, ya que es más delicado que la carne. No olvidemos poner una fina capa de aceite de oliva sobre el papel.
Salpimentamos el salmón y ponemos sobre la plancha caliente, 2-3 minutos por cada lado. Servimos con la salsa y, por ejemplo, con unas patatas hervidas con brécol.