Fontás y Nolito, a pesar de que se llevan tres años, comenzaron juntos su andadura en el Barcelona B en 2008. El defensa llevaba ya un año en el club catalán, ya que el Barça lo había incorporado la temporada anterior para que jugase en su equipo juvenil. El gaditano, por su parte, llegó al conjunto culé procedente del Écija y con la intención de dar definitivamente el salto al fúbol de élite. Compartieron vestuario hasta 2011, cuando Nolito se marchó al Benfica. Fontás se fue del Barça un año después para jugar cedido en el Mallorca. Pero en 2013 el destino, y Luis Enrique, los volvió a unir en el Celta.
En Vigo ambos han crecido como futbolistas, compartiendo tres grandes temporadas que tuvieron como único borrón la lesión que le hizo perderse a Fontás buena parte del curso pasado. Y ahora Nolito ha subido un peldaño más para jugar en uno de los clubes más importantes de Europa, el Manchester City. Su amigo del alma se alegra por él, obviamente, pero admite que el vestuario no será igual sin el gaditano.
«Para mí también va a ser complicado. Mi gran apoyo, mi gran amigo dentro de la plantilla, era Nolito. Por suerte tenemos un vestuario magnífico, hay gente buenísima, somos como una familia. Pero es verdad que se me va mi hermano, mi alma gemela. Son muchísimos años jugando juntos, muchas cosas compartidas, ya no solo dentro del campo, sino fuera también. Así que es una pena, pero también estoy muy contento por él, por la oportunidad que le brinda el fútbol. Espero que le vaya lo mejor posible. Ya lo sabe, ya se lo he dicho y sabe que desde aquí lo apoyaremos», admitió este lunes el central catalán.
Pero Fontás cree que sobre el terreno de juego no se va a echar en falta a Nolito más de la cuenta. Considera que el Celta está armando una plantilla competitiva que estará preparada para llenar el hueco dejado por su amigo. «La plantilla la veo muy bien. Siempre predispuesta al trabajo, sabiendo que nos espera una temporada durísima. Nos hemos reforzado y van a venir más jugadores. Creo que estamos preparados para afrontar esta temporada difícil. Veo al vestuario perfecto, con ganas e ilusión», comentó.
De hecho, reconoce que la competencia por hacerse con un puesto en el once será durísima. Y él lo tendrá especialmente complicado, ya que debido a su lesión se asentó en el eje de la zaga una pareja de garantías formada por Sergi Gómez y Cabral. «Sergi tuvo una temporada buenísima y Cabral se reafirmó una temporada más a un nivel altísimo. Yo solo pienso en recuperarme, en recuperar mi mejor nivel, y luego la competencia va a ser supersana, como lo era antes de mi lesión. Somos tres compañeros que nos llevamos muy bien tanto dentro como fuera del campo. Al final la competencia es buena para todos, para el equipo, para el club, para la afición, incluso para la prensa. Creo que aumentará el nivel del equipo. Ganarte el puesto en los entrenamientos es básico y vital. Esta temporada me va a pasar a mí y a todos. Es una plantilla que va acabar siendo muy completa, con jugadores que pueden jugar en varias posiciones en todas las partes del campo. El que se duerma y piense que tiene un puesto asegurado va por el mal camino. El míster es el que tiene que decidir quién juega. Y yo, como todos, a darlo todo para que me elija a mí y no a otro compañero», finalizó.