Eduardo Berizzo optó en este estreno liguero por una alineación eminentemente ofensiva. Renunció a uno de los centrocampistas -Tucu Hernández, que acaba de salir de una lesión, fue el sacrificado- para hacer coincidir en el once a Pione Sisto y a Bongonda. El danés se colocó en la banda derecha y el belga en la izquierda. Orellana, con libertad de movimientos, asumió la tarea de actuar de enlace con Iago Aspas.
A pesar de esta apuesta valiente, al Celta se le atragantó en los primeros minutos el planteamiento ordenado del Leganés. Asier Garitano se decidió en este histórico partido, el primero del club madrileño en Primera, por una poblada defensa de tres centrales.
Al partido le faltó ritmo desde el comienzo. El Celta trataba de mover el balón con paciencia buscando espacios y tratando de encontrar a Pione Sisto y a Bongonda. Pero la parsimonia era excesiva. El encuentro comenzó a animarse al cuarto de hora y lo hizo debido a los errores defensivos del Celta. En el 15, Roncaglia se vio obligado a derribar a un contrario tras un mal pase de un compañero. Vio la amarilla y en el saque de falta posterior el lanzamiento de Timor se marchó fuera. Fue el primero de una sucesión de avisos del Leganés. Y es que dos minutos después Marcelo Díaz puso en un brete a su defensa al perder un balón en el centro del campo. El disparo posterior de Guerrero, afortunadamente, no encontró portería tras impactar en un zaguero celeste. El Celta no era capaz de sacudirse el dominio del equipo madrileño y en el 18, tras un córner, Adrián Marín probó por primera vez a Sergio. El portero, muy seguro, detuvo su disparo.
El Celta necesitaba estirar líneas y comenzar a crear peligro en el área rival. Lo logró gracias a Iago Aspas. El moañés se marchó hasta línea de fondo, dribló a un par de rivales y se inventó un disparo picado imposible, por carecer de ángulo, que el guardameta Serantes, con muchos apuros, tuvo que desviar a córner. El conjunto celeste había retomado el control del encuentro, pero le seguía costando crear ocasiones. Pione Sisto no se entendía con sus compañeros, Bongonda aparecía con cuentagotas y Orellana no conseguía abrir la defensa rival. El chileno, no obstante, dispuso de una buena ocasión en el ecuador de la primera parte. Él mismo inició la jugada por banda izquierda. Vio el desmarque de Jonny y le cedió el esférico. El lateral centró al área y Orellana, llegando desde atrás, remató ajustado al palo izquierdo. Serantes, bien colocado, detuvo el balón.
Pasada la media hora llegó la jugada polémica del partido. Marcelo Díaz le cedió el balón a Orellana en mediocampo, este vio el desmarque de Iago Aspas y le envió un preciso pase que lo dejó solo ante Serantes. Pero el árbitro anuló la jugada por fuera de juego. Aspas, que acabó introduciendo el balón en la portería, se encontraba en línea con la defensa del Leganés en el momento en el que Orellana le asistía. Error grave del debutante Munuera Montero y de su asistente.
Los últimos minutos fueron un ejercicio de impotencia por parte del Celta. Solo Mallo, con un disparo desde fuera del área, lo probó. Y en la última jugada de la primera parte la falta de contundencia en defensa a punto estuvo de costarle un disgusto. El portero rival sacó en largo, a Marcelo Díaz le faltó contundencia para alejar el peligro y Guerrero se plantó ante Sergio. El meta celeste estuvo magistral en el mano a mano y el partido se fue al descanso con empate.
La segunda mitad comenzó con una jugada muy similar, pero en esta ocasión protagonizada por el Celta. Wass se inventó un magnífico pase para Aspas y el delantero, solo, encaró a Serantes. Sorprendentemente, envió el balón fuera.
Esta primera jugada fue solo un espejismo, porque el Celta continuó sin generar peligro. Sisto y Bongonda intercambiaron sus posiciones, pero todo continuó igual. El Leganés incluso se creció al asistir a la impotencia ofensiva y a la fragilidad defensiva de su rival. Un nuevo balón perdido en una zona comprometida del campo volvió a poner en apuros a la zaga céltica. En esta ocasión, Alberto Marín disparó fuera.
Berizzo trató de buscar soluciones en el banquillo en el minuto 20 de esta segunda parte. Realizó un doble cambio. Tucu Hernández entró en lugar de Wass y Guidetti ocupó el puesto de un Pione Sisto un tanto desdibujado en su debut en partido oficial. El sueco se colocó en punta y Aspas se escoró a la derecha.
Estos cambios no lograron mejorar la cara del Celta, que recibió un duro golpe solo unos minutos después. El gol del Leganés llegó en una jugada a balón parado, la eterna asignatura pendiente de los vigueses. Los de Berizzo demostraron en esta acción que están muy verdes en defensa. Y es que tras un lanzamiento de córner, un rival cabeceó en la frontal sin oposición y Víctor Díaz, en el área pequeña, remató a gol.
Aún quedaba un cuarto de hora, pero las sensaciones no eran buenas. No se olía a remontada a Balaídos. El Celta siguió mostrándose previsible y el Leganés dio otro paso hacia atrás y no pasó demasiados apuros para mantener el resultado e incluso envió un balón al larguero.
Tras esta derrota inesperada, el Celta deberá visitar el Santiago Bernabéu y recibir al Atlético de Madrid. Complicado panorama para los de Berizzo en este inicio liguero.
Celta: Sergio; Hugo Mallo, Sergi Gómez, Roncaglia, Jonny; Marcelo Díaz (Señé, min. 77), Wass (Tucu Hernández, min. 65); Pione Sisto (Guidetti, min. 65), Orellana, Bongonda; y Iago Aspas.
Leganés: Serantes; Víctor Díaz, Bustinza, Mantovani, Rico, Adrián Marín (Machís, min. 61); Timor (Rubén Pérez, min. 80), Alberto Martin; Unai López, Gabriel y Guerrero (Insúa, min. 71).
Gol: 0-1, min. 74: Víctor Díaz.
Árbitro: Munuera Montero (colegio andaluz). Mostró tarjetas amarillas a los locales Roncaglia, Hugo Mallo, Iago Aspas y Tucu Hernández; y a los visitantes Adrián Marín. Expulsó en el 89 a Timor, que se encontraba en ese momento en el banquillo.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la primera jornada de Primera División disputado en el estadio de Balaídos ante 16.578 espectadores.