El Celta se marcó como objetivo mejorar la pobre imagen mostrada en el debut liguero ante el Leganés y lo logró ya en la primera parte. El conjunto celeste se creció en un gran escenario y ante un gran rival. Volvió a ser un equipo reconocible: un equipo intenso en la presión, valiente en su apuesta futbolística y móvil y peligroso en ataque. Eso sí, le faltó claridad en el último pase.
Berizzo decidió reservar a Iago Aspas, que arrastró molestias durante toda la semana, y en su lugar entró Guidetti. Otra novedad en el once fue Tucu Hernández, que había sido suplente ante el Leganés. El centrocampista sudamericano fue el mejor de los celestes en el primer tiempo. Omnipresente en la medular, fue clave en la salida de balón. Hernández, escoltado por Wass y Radoja, le ganó la partida a los medios blancos, llegando a desesperar a Casemiro. El Celta bailaba al ritmo que marcaba el Tucu y el Real Madrid, también.
Los primeros minutos se caracterizaron por la ausencia de ocasiones. Parecía que el Celta tenía la situación controlada, presionando arriba y mostrándose seguro en defensa. El primer lanzamiento a puerta del Madrid llegó al cuarto de hora tras un error en un saque de puerta de Sergio. El portero le cedió el balón a Modric, pero enmendó su error deteniendo el disparo del croata.
Tras este primer y tímido aviso local, el Celta también se animó. Wass lo probó en un par de ocasiones y, poco después, Bongonda llegó hasta línea de fondo y envió el pase atrás, pero no encontró rematador. El belga, en el minuto 23, dispuso de la ocasión más clara para los celestes. Robó un balón en mediocampo, se marchó de dos rivales y se plantó en el área. En vez de buscar a Wass y Guidetti, que estaban ya listos para recibir su pase, se empeñó en acabar la jugada él mismo y disparó de forma defectuosa. El esférico se marchó fuera.
El Real Madrid despertó al filo de la media hora. El responsable de esta reacción fue Modric. El croata, tras una jugada personal, disparó desde fuera del área y estrelló el balón en el larguero. Poco después, desde una posición muy parecida, envió otro fuerte chut, que fue despejado por Sergio. En el córner posterior, Bale asustó con un testarazo que se marchó fuera.
El Celta supo sobrevivir a este ciclón blanco, que se fue apagando con los minutos. Los de Berizzo retomaron el control del partido y casi monopolizaron la posesión en el último tramo de la primera mitad. Los celestes pisaron área con asuduidad, pero les faltó acertar en el último pase.
El Celta supo trasladar estas buenas sensaciones del final de la primera parte al inicio de la segunda. Los vigueses salieron en tromba tras el descanso y encadenaron tres llegadas al área. Pero volvió a faltar definición y Kiko Casilla ni siquiera tuvo que intervenir.
El Real Madrid, en su reacción, se mostró mucho más contundente que el equipo vigués. Tras un primer disparo de Asensio en el 50 que detuvo Sergio sin demasiados problemas, el portero celeste se tuvo que emplear a fondo para despejar, con una espectacular parada, un lanzamiento de falta de Bale que se colaba por la escuadra.
El Madrid dio un paso hacia adelante y comenzó a presionar la salida de balón celeste. Así llegó el primer gol. Sergio se equivocó a la hora despejar -era su tercer error de este tipo del partido- y le cedió el balón a Modric. El croata envió el pase al área, Morata lo dejó pasar y lo recogio Asensio, que estaba completamente solo. Sergio aguantó el mano a mano y despejó el disparo del madridista. Pero por allí se encontraba Morata, que mandó el esférico a la red. De Burgos Bengoetxea no vio, o no quiso ver, que Morata estaba en fuera de juego en el momento en que Modric le envió el pase a Asensio, por lo que el tanto no debía haber subido al marcador. Fallo importante del colegiado.
El Celta, al contrario que en los primeros 50 minutos del partido, no se estaba encontrando cómodo. El Madrid apretaba y a punto estuvo de llegar el 2-0. De nuevo, a los de Berizzo se les atragantó la presión blanca. Kroos le robó el balón a Tucu Hernández y asistió a Morata. El delantero blanco, en el mano a mano con Sergio, acabó mandando el balón al palo.
Cuando peor pintaba la situación para el Celta, apareció Orellana, que hizo el tanto del empate tras culminar una jugada iniciada por Wass y Guidetti. El chileno, desde la frontal del área, se inventó un remate que se coló por la escuadra.
Los últimos minutos resultaron un ejercicio de supervivencia para el Celta. El punto era un botín muy goloso, sobre todo tras el tropiezo ante el Leganés, y los célticos estaban dispuestos a defenderlo con uñas y dientes. Eso sí, no renunciaba a buscar alguna opción a la contra.
Pero el Real Madrid no había dicho su última palabra. Tras un testarazo de Bale que Sergio paró en dos tiempos, James le robó el balón a Roncaglia y se lo cedió a Kroos. Este, con un disparo raso y ajustado, batió a Sergio. 2-1. El Celta, a pesar de que parecía que el partido estaba ya acabado, no bajó los brazos y buscó el empate. Tuvo un par de ocasiones, pero no consiguió aprovecharlas. Los celestes, por tanto, continúan con 0 puntos. Tras el parón liguero, recibirán al Atlético en Balaídos.
Real Madrid: Casilla; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Modric (James Rodríguez, min. 68), Kroos; Bale, Asensio (Lucas Vázquez, min.64) y Morata (Mariano, min. 76).
Celta: Sergio; Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Jonny; Radoja (Pione Sisto, min. 84), Wass (Pape, min. 75), Tucu Hernández; Orellana, Bongonda y Guidetti (Iago Aspas, min. 71).
Goles: 1-0, min. 59: Morata; 1-1, min. 66: Orellana; 2-1, min. 81: Kroos.
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (colegio vasco). Mostró tarjetas amarillas a los visitantes Hugo Mallo y Jonny.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 2ª jornada de Liga de Primera División disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 65.684 espectadores. Realizó el saque de honor la campeona olímpica Mireia Belmonte. Se guardó un minuto de silencio en memoria de los fallecidos en el terremoto de Italia.