El Tren Celta cubre el trayecto Vigo-Oporto. En julio de 2012 fue bautizado con este nombre después de que se introdujesen una serie de mejoras. La más destacada fue la supresión de 13 paradas, reduciendo la duración del viaje de 3 horas a las actuales 2 horas y 15 minutos para unir los 180 kilómetros que separan ambas ciudades. Además, se simplificó la venta con la creación de un billete único -antes era necesario comprar uno en territorio español y otro en Valença do Minho al traspasar la frontera-. Aun así, debido a que recorre buena parte del trayecto por vías sin electrificar y a la antigüedad de los convoyes, continúa siendo una línea lenta y poco eficiente.
Estas medidas, no obstante, fueron muy bien acogidas por los viajeros, que hasta ese momento, debido a la extrema lentitud de la línea, se decantaban mayoritariamente por el autobús. Desde que se introdujeron estas mejoras hasta 2015, el número de pasajeros ascendió en un 155%, pasando de los 28.300 viajeros en 2012 a los 72.300 de 2015.
Antes del año 2012, el tren se detenía en las estaciones españolas de O Porriño, Guillarei y Tui. Estas tres paradas, así como otras diez en territorio luso, fueron suprimidas, lo que agilizó notablemente el viaje. El nuevo tren Celta solo permite la subida y bajada de pasajeros en Valença do Minho, Viana do Castelo y Nine.
Dos trenes parten diariamente desde la estación de Vigo-Guixar con destino a Oporto-Campanha, uno a las 9:02 -horario del convoy siniestrado- y otro a las 20:02. Como hemos dicho, el trayecto dura 2 horas y 15 minutos, por lo que llega a su destino a las 10:18 y 21:18 (hora portuguesa), respectivamente. El precio del billete no ha variado desde 2012, es de 14,75 euros, aunque si se compra ida y vuelta el importe puede bajar hasta los 11,80 euros por trayecto.
El Gobierno portugués planea reducir aún más el tiempo del viaje, hasta situarlo en 90 minutos. Para ello, licitó en marzo de este mismo año la electrificación de la vía entre Viana y Nine (45,6 kilómetros) con un coste de 21,5 millones de euros y un plazo de ejecución de casi año y medio. Una vez finalicen estas obras, el tramo sin electrificar será de apenas 60 kilómetros, el que separa Valença de Viana sumado al trayecto de 8 kilómetros entre Guillarei y Tui en territorio español.
Rafael Catalá, ministro de Justicia y Fomento, desplazado al lugar del accidente de O Porriño, subrayó que el tren fue revisado este mismo jueves y que cumplía «todas las garantías». Catalá, que sustituye a Ana Pastor tras su nombramiento como presidenta del Congreso, añadió que la última inspección tuvo lugar en Portugal y precisó que esta revisión era rutinaria, menos exhaustiva que la del pasado mayo, cuando el convoy pasó por un chequeo «rigurosísimo» en el que se comprobó que contaba con todos los requisitos para circular con normalidad.
Durante sus declaraciones, el titular de Fomento, que acudió al lugar acompañado por el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, recalcó que en la zona en la que se ha registrado el accidente se están realizando obras de mantenimiento, motivo por el cual todos los trenes tienen que utilizar la vía provisional y no la principal y, necesariamente, esta desviación obliga a una necesaria reducción de la velocidad, dijo.
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