A pesar del triunfo, el Celta no completó un buen partido ante el Sporting. Acaparó el balón, pero le volvieron a faltar ideas en ataque. La afición entró en Balaídos con la intención de dejarse la garganta por su equipo, pero con el paso de los minutos comenzó a desesperarse. Bongonda y Pione Sisto lo intentaban una y otra vez. Sin embargo, a estos jóvenes jugadores les volvió a costar acabar las jugadas. Los murmullos se convirtieron en evidentes quejas en la enésima jugada en la que Bongonda tomó la decisión equivocada en el último momento: estaba dentro del área y en vez de disparar con la derecha, envió el pase atrás.
Tras el descanso, el partido no mejoró. La afición esperaba mucho más de su equipo. Quería que la sequía acabase ya. Al fin, en el minuto 65, llegó el ansiado gol. Los héroes fueron Hugo Mallo, autor del tanto, y Pione Sisto, su asistente. El celtismo está deseando ver triunfar al joven danés y su internada en el área con final feliz fue especialmente celebrada.
Con el marcador a favor, una parte de la hinchada volvió a explotar. En esta ocasión, contra Berizzo. Los cambios del técnico, y su tardanza en hacerlos, siempre fueron motivo de polémica, pero hasta este miércoles no se había producido una protesta tan evidente. El argentino decidió sentar a Pione Sisto y a Balaídos no le gustó la decisión. Se escucharon en silbidos, que se transformaron en rotundos aplausos cuando el danés abandonaba el campo. Y es que Balaídos quiere que a este muchacho como nuevo ídolo.
Y en medio de este clima caldeado, llegó el empate del Sporting en una jugada en la que la defensa volvió a fallar y Roncaglia cometió un penalti infantil. Todo hacía temer que el encuentro acabaría en desgracia. Pero no fue así. El desenlace fue inesperado. Y es que una decisión arbitral por fin benefició al Celta esta temporada. Melero López no dudó en señalar un penalti de Amorebieta a Radoja. Iago Aspas hizo el 2-1 y el celtismo respiro. Al final, el equipo se fue ovacionado y quedó olvidado el divorcio momentáneo que se había vivido en Balaídos.