Mouriño, a través de la sociedad Grupo Corporativo GES, cuenta con el 52,26% de las acciones del Celta tras la compra en 2014 del 24,62% que poseía Abanca. El siguiente mayor accionista, con un 8,83%, es la sociedad Play International BV, formada por un grupo de exjugadores, liderados por Diego Placente.
El valor nominal de cada una de las 377.021 acciones del Celta es de 10 euros. Pues bien, la oferta reallizada a estos accionistas minoritarios eleva el precio de cada acción a 12 euros. La propia Play Internacional BV ha recibido esta propuesta, pero no ha querido vender sus títulos. Sí lo han hecho accionistas mucho más modestos, entre ellos una empresa que poseía 1.500 acciones de la entidad céltica.
El volumen de acciones que posee ya Carlos Mouriño le garantiza el control de la SAD y la posibilidad de decidir de forma unilateral su venta. No obstante, el precio pagado por los posibles compradores podría ser mayor si su porcentaje de acciones se incrementa.
El propio presidente reconoció hace unas semanas, en el desayuno informativo en el que abrió la puerta a su posible salida del Celta, que se está planteando capitalizar los 8,1 millones de euros que debe el club a empresas de su propiedad a través de una ampliación de capital. Este movimiento le otorgaría el control de un porcentaje de la masa accionarial del Celta muy superior al 52,26% que posee ahora.
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