Minurto 81. Jonny derriba a Messi dentro del área y el árbitro señala penalti. El partido estaba ya decidido (3-1 a favor de los culés) y el Celta, a pesar de que había plantado cara a su rival, a esas alturas era ya un equipo roto. Messi se dispuso a lanzar la pena máxima, pero no disparó a puerta. El argentino se permitió una frivolidad, ya que le cedió el esférico a Luis Suárez para que este, ante la perplejidad de los jugadores del Celta, hiciese el cuarto gol del Barça y el tercero de su cuenta personal. Las imágenes de este penalti indirecto dieron la vuelta al mundo y no sentaron muy bien a la afición céltica.
En su día, Berizzo no quiso entrar en polémicas sobre esta acción. «Simplemente fue un penalti ejecutado de una manera diferente La delantera del Barça ha dado muestras de jugar de la misma manera, no han hecho nada ilegal, son respetuosos con el equipo rival y detallar el penalti no viene a cuestión. Cada uno marca como quiere o cómo le dejan. No tengo mucho más que aportar ni quiero aportar. Me duele más la cantidad de goles encajados», dijo ese día en la sala de prensa del Camp Nou.
Pero ahora, al ser cuestionado sobre este tema de nuevo, el técnico argentino reconoció que le pareció una falta de respeto. «A la distancia lo recuerdo como un hecho anecdótico que pudo evitarse. En un partido definido, la seriedad es síntoma de respeto hacia el rival. Pero no han hecho nada ilícito para sentirnos ofendidos», señaló.
El técnico, además, prefiere centrarse en otras cuestiones. «Mañana empieza un partido nuevo, con mucha carga anímica. Nos vamos a medir a uno de los mejores equipos del mundo y medirse a ellos es un desafío que también te mide. Ojalá el partido nos lleve a un nivel de motivación y de juego en el que nos sentamos cómodos y dentro del partido creamos en nuestras opciones de ganar», dijo.
La acción que se vivió en febrero en el Camp Nou no podrá repetirse este domingo en Balaídos, ya que Messi, lesionado, no jugará ante el Celta.