Pero la alegría ha dejado paso a la preocupación. La afición lleva ya unas semanas con la mosca detrás de la oreja y esta mañana vio como sus peores augurios amenazan con cumplirse. En primer lugar, el Faro de Vigo publicó en su edición de este lunes que un holding chino se encuentra a un paso de adquirir el Celta. Este diario incluso asegura que el acuerdo definitivo podría hacerse oficial en las próximas horas y que el montante de la operación superará los 100 millones de euros.
La mañana aún depararía más sorpresas. Y es que el entrenamiento del Celta tuvo unos invitados muy especiales. Un grupo de empresarios chinos acudió a las instalaciones de A Madroa en compañía de Esteve Calzada y Joan Manuel Minguell, directivos de la empresa Prime Time Sports. Entre los jugadores que representa esta empresa se encuentra el céltico Josep Señé y según Calzada y Minguell la única causa de la visita era charlar con su representado.
Pero resulta extraño que acudiesen al entrenamiento acompañados de hasta ocho empresarios asiáticos y que estos huyesen despavoridos cuando se cercioraron de que había periodistas en A Madroa. Todavía es más sorprendente que su siguiente parada en este viaje a través de Vigo en taxi fuese el edificio que albergará la nueva sede del Celta en la calle del Príncipe y que, finalmente, esta visita tampoco se pudiese realizar debido de nuevo a la presencia de la prensa.
Día a día, el celtismo recibe noticias cada vez más alarmantes sobre la venta del club. Y mientras esto sucede, el máximo responsable de la misma, Carlos Mouriño, guarda silencio. El presidente no ha querido dar explicaciones. Por poner un ejemplo, rechazó atender a los medios de comunicación durante la recepción que el Concello le brindó al Panathinaikos y a la UEFA la pasada semana en el Pazo Quiñones de León. Su silencio comienza a desesperar a la afición, que ya lo ha bajado del pedestal al que lo había subido.
Mouriño no ha explicado ni el estado de la operación ni quiénes son estos misteriosos compradores. En un primer momento se barajó el nombre del gigante empresarial chino Citic, con el que el todavía presidente del Celta había hecho negocios en el pasado -le vendió la empresa porriñesa Censa-. Ahora, parece que es CITS (China International Travel Service), un grupo especializado en turismo, quien ha presentado esta multimillonaria oferta por el Celta. El Faro de Vigo, por su parte, no ha dado nombres y se ha limitado a decir que el holding que puja por el club tiene su sede en la ciudad china de Suzhou, que, precisamente, es donde está radicada CITS.
Sea como fuere, Carlos Mouriño debería aclarar cuál es la situación actual y tratar de tranquilizar a una afición que ya le ha dejado clara su postura: este domingo Balaídos volvió a corear el «Mouriño, atende, o Celta non se vende!»