El pasado martes, 11 de octubre de 2016, la directiva del Real Club Náutico de Vigo decidió presentar ante el Juzgado de lo Mercantil la solicitud para entrar en concurso de acreedores, primer paso para solucionar el problema económico que la centenaria entidad viguesa arrastra desde hace más de una década.
Una deuda de 5,1 millones de euros. Esa es la cifra con la que el Náutico entrará en fase concursal después de entablar las primeras negociaciones con los principales acreedores para resolver “de forma definitiva” la crisis financiera.
Los responsables del Náutico presentaron este jueves en rueda de prensa las líneas maestras de su plan de viabilidad. “Ni optimistas ni pesimistas, somo realistas, este proyecto tiene futuro y posibilidades de mejorar sus resultados, por lo que el concurso es el primer paso en la solución del problema”, afirmó el presidente, Justo González Ballesta.
La realidad del club, tal y como aseguran, es que en el ejercicio económico de 2016 tendrán “beneficios, algo que no ocurría desde hace veinte años”. Los directivos se basan en el incremento de las actividades para generar los recursos que necesitan. “Tenemos un plan financiero, económico y de actividad, no estamos en una situación dramática y las perspectivas son buenas”, añadió Ballesta.
Negociación con Abanca
Las perspectivas de las que habló el presidente se basan principalmente en las negociaciones iniciadas con los máximos acreedores de la entidad. En las últimas semanas ha habido contactos con responsables de Abanca para establecer los pagos. El Náutico debe al banco un total de 2,06 millones de euros y esperan que acepte una quita superior al 50 por ciento con un plazo de pago a cinco años.
En estas negociaciones han seguido el modelo puesto en práctica por el Celta cuando hace diez años entró en concurso de la mano de Carlos Mouriño. Entonces, la Sociedad Anónima Deportiva llegó a unas quitas del 85 por ciento y logró eludir su desaparición para sanear totalmente sus cuentas una década después. “El modelo del Celta es orientativo para superar la crisis, es una referencia, pasó a ser un club atractivo para los inversores”, señalan desde el Náutico.
Los problemas a los que se enfrenta, según reconocen, son regularizar su economía en cada ejercicio, puesto que lleva más de veinte años perdiendo dinero anualmente, en alguna ocasión hasta en cifras que superaron los 790.000 euros, y por otro lado, reestructurar la deuda «inasumible por cantidad y vencimientos», puesto que antes del 31 de diciembre de 2016 tendrían que hacer frente a pagos que rondan el millón de euros. «No podíamos recurrir al crédito y al recibir notificaciones de embargo no nos queda más remedio que acudir al concurso», explican.
«El club es totalmente viable»
En cualquier caso, el mensaje enviado este martes desde la directiva del Náutico apunta a un futuro prometedor. “Salimos de una situación de crisis y empezamos a ver el horizonte. Pretendemos resolver esta situación de forma definitiva, el club ha pasado a ser totalmente viable y queremos que los socios se sientan orgullosos”, aseguró el presidente.
Destacan también que el club sale adelante “sin cierres, sin derramas, sin aumentar cuotas y sin reducir la plantilla”. El Náutico tiene ahora 68 empleados (en breve habrá una jubilación) y tan solo ha rebajado su plantilla en cuatro personas desde su entrada en crisis. Actualmente tiene 5.000 socios con carné y han detectado un aumento de la demanda de matrículas y asistencia a actividades.
Ballesta también quiso dejar claro que «no estamos solos», en referencia a su pertenencia a la sociedad viguesa y al apoyo de las instituciones, desde la Xunta y el Concello al Puerto y Hacienda. La directiva ya ha convocado a los socios a una asamblea general, a celebrar el próximo 31 de octubre, para aprobar las cuentas.