Ya sea por miedo a salir de nuestra zona de confort o porque simplemente no tenemos el valor de llevar dicho cambio, dejándolo de lado y convirtiéndolo en una promesa no cumplida.
Wikipedia nos lo pone fácil: «En psicología el hábito es cualquier comportamiento repetido regularmente, que requiere de un pequeño o ningún raciocinio y es aprendido, más que innato». Así presentado no parece tan difícil, ¿verdad? Los seres humanos tenemos hábitos físicos, sociales, morales, afectivos, costumbristas e higiénicos. ¿Y por qué no tener hábitos en cuanto a nuestra salud?
¿Por qué no generar un comportamiento que se convierta en algo innato como dice la definición? Organización, salir de la zona de confort, ser perseverante y tener una buena actitud… ésas son algunas de las claves del éxito.
Lo primero que debes hacer es confiar en tu cerebro. Tenemos una máquina maravillosa que gracias a la neurogénesis permite nuevas conexiones neuronales y la creación de nuevas neuronas. No te preocupes por tu edad, por lo torpe que puedas sentirte. A tu cerebro eso no le importa.
También una de las cosas que debes hacer es guardar paciencia. La calidad no se consigue en poco tiempo, debes trabajar de manera constante para que los cambios permanezcan en el tiempo y no se desvanezcan rápido. Son como los cimientos de una casa, si éstos no tienen una estructura sólida, caerán.
Abandona el miedo y comienza a construir nuevas costumbres. La salud es un estado que te hará sentir bien psicológica, social y, sobre todo, físicamente.
Los cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida y, créeme, esa sacudida será estupenda.