Culpable por unanimidad. Este fue el veredicto del tribunal de jurado tras cinco horas de deliberación en la Audiencia Provincial de Pontevedra que abrió este martes la vista oral contra José Antonio Frutos Ayala, autor confeso del «crimen del congelador» de Ponteareas.
El relato del fiscal, que pide 12 años de cárcel, recuerda que los hechos se produjeron en marzo de 2014. Según su escrito, en la tarde del 21 de marzo, el fallecido, Juan José I.G., acudió al domicilio del acusado JA.F.A., sito en la localidad de Ponteareas, y ambos salieron de fiesta esa noche regresando al domicilio del acusado a primera hora de la mañana del día 22 de marzo de 2014.
Esa mañana, ambos iniciaron una discusión verbal y, siempre según el relato del fiscal, el acusado JA.F., golpeó sin previo aviso y con ánimo de causar la muerte a JJ.I.G., con un objeto contundente, posiblemente una plancha en la cabeza, fracturándole el cráneo y destruyéndole parte del cerebro. Posteriormente le puso una almohada en la cabeza y apretó la misma con fuerza para evitar que pudiese respirar, pero JJ. ya había fallecido como consecuencia de los golpes en la cabeza, de forma prácticamente inmediata.
Añade el Ministerio Fiscal que el acusado, tras lo ocurrido, dijo en repetidas ocasiones a R.I.G., hermana de JJ., cuando ella preguntaba por él, que se encontraba en perfecto estado y en su compañía. Así, con la finalidad de ocultar su crimen y evitar la descomposición del cuerpo, compró dos días después un arcón congelador y metió el cuerpo en el interior tras desmembrarlo con una radial. Acto seguido, cerró el congelador con una cadena y un candado, que permaneció en el domicilio hasta que en junio el propietario del inmueble, alarmado por no tener noticias del inquilino en tres meses, abrió el piso y se encontró con el congelador y el macabro hallazgo en su interior.
Ese mismo mes, el acusado recibió la llamada del otro encausado, D.P.A., para informarle de que la familia del fallecido estaba buscándolo y preguntaban por J.A.F. Para la llamada, D.P.A.utilizó la tarjeta SIM del equipo de alarma de su negocio, destinada por su naturaleza exclusivamente a servir como medio de comunicación con la central de alarma en caso de activarse. El objetivo era, según el fiscal, que no se pudiese localizar ni intervenir la llamada. Tras ésta, ambos quedaron en una gasolinera donde presuntamente el primero le contó lo que había hecho y el segundo le facilitó un vehículo con el que J.A.F. huyó hasta la estación de autobuses de Viana, en Portugal, desde donde escapó a Lisboa.
Finalmente, el 2 de diciembre de 2014 J.A.F. se presentó voluntariamente en el Acuartelamiento de la Guardia Civil de la localidad de Ponteareas y declaró haber sido el autor de la muerte de JJ.I. Por entonces ya existía una orden europea de detención y entrega del acusado, de fecha 13 de junio de 2014.