En este sentido, Fidalgo Iglesias ha denunciado que estas actuaciones son “una tomadura de pelo en las que Caballero se gasta el sobrecoste que nos cobra en el recibo del agua”, en referencia al pago que soportan los vigueses en la factura de Aqualia. Una factura, explica, por la que cada vecino paga por 30.000 litros cada dos meses, aunque el 90% de los vigueses no consume esa cantidad. “Con lo que recauda de más, se da este tipo de caprichos”, apunta.
Frente a esto, el edil popular recuerda que las zonas verdes de Vigo se encuentran en “estado lamentable, completamente abandonadas” como consecuencia de un “pésimo contrato sacado y adjudicado hace ya más de un año y medio por este desgobierno del Partido Socialista”.
Un contrato mal planificado que, según explica el edil popular, ha conducido a una situación insostenible, con la suciedad y las malas hierbas acumulándose y creciendo en todas las esquinas de la ciudad. “Todo el bulevar de la Gran Vía está lleno de hojas sin recoger. La zona del Calvario, los parques forestales, Travesía de Vigo, el paseo del Lagares o la mediana de Castrelos están olvidadas y llenas de malas hierbas”, ahonda Fidalgo.
Esta situación, prosigue, es “algo que preocupa y mucho a los vigueses, que nos trasladan sus quejas continuamente”. No en vano, añade, “los ciudadanos pagan sus impuestos para recibir un servicio que es lamentable”.
En este marco, Fidalgo Iglesias ha vuelto a reiterar, como única solución posible, sacar a concurso un nuevo contrato de Parques y Jardines que comprenda, en sus pliegos, todas las zonas verdes de Vigo y sus necesidades. Y es que, como recuerda, el actual contrato terminó por derivar en un “sinsentido” que el desgobierno municipal ha ido parcheando hasta sumar 7 contratos diferentes para el mantenimiento de los jardines municipales: la concesión original, que ahora está anulada; cuatro contratos para atender las medianeras y jardineras de las nuevas humanizaciones; un contrato para el Castro, y otro para Castrelos.
“Desde el primer momento alertamos de que esto era una chapuza, que el contrato no era suficiente, y ni el alcalde ni su concejal nos quisieron hacer caso”, apunta Fidalgo, quien explica que esta dejadez ha derivado en “plantas, flores y árboles destrozados, con las malas hierbas acumulándose en el centro y en las parroquias”.
“Pero al alcalde esto no le preocupa. Lo que le preocupa es vivir en su mundo ideal, en su mundo de Yupi. Y que ponga un huevo el dinoseto es la maravillosa noticia del día, cuando la noticia debería ser que por fin se acabase esta pesadilla de contrato y que los parques y jardines empezasen a estar en un estado adecuado, como estaban en la época del Partido Popular, cuando era alcaldesa Corina Porro”, ha concluido.