Algunos recibimos los primeros clarinazos de la política entendida como acontecimiento, no como cotidianeidad, anécdota o episodio, de las noticias y comentarios de la entrada de Fidel en la Habana, o aún antes, del Asalto al cuartel del Moncada, o después, de la crisis de los misiles.
Y así los sesenta ya fueron un incesante fluir de hechos e ideas que irradiaban de la Revolución Cubana, acontecimiento de la segunda mitad del siglo en torno a Fidel y el Che.
De ahí el castrismo-guevarismo, el foquismo o teoría del foco, los paralelismos con Indochina o Argelia.
Crear uno, dos, tres Vietnam.
Fuimos acunados políticamente con las canciones de Carlos Puebla.
Recibíamos el Gramma o folletos de Lenin de las manos de los tripulantes de CubaPesca en la Bodega Riojana.
En la Rúa de Santiago, de doce bares, entonábamos canciones de ida y vuelta, así habaneras o rumbas caribeñas o guajiras. En Casa Jaime, Bar Caracas o Tres Ventanas. Las voces de los marineros entonaban con mucho xeito.
A primeros de los setenta discutíamos las posiciones de Ernst Mandel sobre la Revolución Cubana y Mundial.
Una esperanza para la Cuarta Internacional y nosotros con ella.
Junto con el opúsculo de Denise Avenas, «Trotsky Marxista», y el documento de fundación de Lev Trotsky, «El Programa de Transición», los discursos de Fidel eran manantiales donde refrescar ante un marxismo soviético y sus epígonos maoístas, escolástico, esclerotizado, que parcialmente ya examinara Marcuse antes del cisma chino.
Lectura provechosa resultó también el libro de Isaac Deutscher «La década de Jruschov».
Ya en los noventa Cuba resistirá y sobrevivirá a la caída de la URSS, ingresando en el período especial, permaneciendo al mando Fidel arrostrando el oleaje cual si la Isla se tratara de un navío.
En el ronsel de esa singladura navega hoy la Revolución.
La muerte de Fidel pone el epílogo al Siglo Veinte, a nuestro siglo, el de los nacidos en los cincuenta o aún sesenta, como decíamos más arriba.
Sirvan estas palabras para rendir memoria a aquellos amigos y compañeros con los que iniciamos camino. Con Fidel se van también un poco nuestros sueños y nuestras vidas. Salud y hasta SIEMPRE!