Dicen que la experiencia es un grado y el Celta todavía tenía muy cerca el recuerdo de la semifinal copera del 2016 en el Sánchez Pizjuán. Aquella locura de la ida (4-0) acabó con las opciones viguesas, pero sirvió para aprender la lección. La Copa del Rey se juega a dos partidos y los de Berizzo querían salir vivos del Bernabéu. No solo salieron vivos, sino que se matricularon. Aguantaron el empuje madrileño y aprovecharon sus ocasiones, con un recital de juego, intensidad defensiva e inteligencia para manejar la primera mitad de un partido de 180 minutos.
Berizzo volvió a tirar de su “tetracampo” de gala y puso de salida a Marcelo, Tucu, Wass y Radoja, los cuatro medios que tan buen resultado le han dado, aunque en esta ocasión con el serbio por delante apretando la salida de balón del Madrid. Ese rombo se convirtió en una pesadilla para los merengues. Desde el medio creció el Celta hasta hacerse enorme, inconmensurable para los blancos, que acabaron desesperados.
Por su parte, Zidane recurrió también a su centro del campo habitual, con Casemiro, Kroos y Modric, mientras que el único cambio sobre lo teóricamente previsto fue la entrada de Asensio, como premio a su gol ante el Sevilla, por Morata.
No se dejó amilanar el Celta y plantó cara de salida. Buena presión en el centro del campo y contragolpes rápidos con Aspas, Bongonda y Wass. Es más, a pesar de no tener ocasiones muy claras, el equipo vigués pisó área con peligro en los primeros minutos, aunque sin precisión en el pase final.
La batalla de la primera parte discurrió más alrededor del círculo central que en las porterías. Modric y Kross versus Marcelo y Tucu. No hubo ni un segundo de descanso, cualquier duelo individual perdido era una llegada con peligro y tanto Cristiano como Bongonda tuvieron sus ocasiones claras para abrir el marcador. Tampoco faltó el habitual piscinazo del portugués, muy desafortunado toda la noche, después de firmar un primer tiempo plagado de errores.
Bien plantado
En la reanudación el Celta salió igual de bien plantado. Presión, presión y presión sobre la línea de creación del Madrid sin renunciar a salir con velocidad. Dos disparos de Morata y Lucas Vázquez fueron la aportación local en el primer cuarto de hora. No pasó problemas el equipo gallego mientras los madrileños comenzaban a desesperarse.
Y cuando al todopoderoso Madrid le entraron las dudas, apareció el de siempre, el Genio de Moaña para marcar un gol que puede valer oro. Un nuevo robo en la medular lanzó a Bongonda hasta el área y allí, Iago Aspas, volvió a reinar entre la indecisión de la zaga merengue.
Pero el Madrid en su estadio no es un rival que se rinda fácilmente y reaccionó casi de forma inmediata con un disparo de Marcelo que tocó en Roncaglia y despistó a Sergio. Y sin tiempo para respirar, Jonny desató la locura viguesa en el Bernabéu. Otro robo, otra galopada, y el lateral del Celta plantándose ante Casilla para poner de nuevo al Celta por delante. Fútbol total. Fútbol made in Berizzo.
Queda la vuelta, quedan todavía 90 minutos en los que seguro que el Madrid lo pondrá difícil, pero el recital de juego de los vigueses no lo va a olvidar.
Real Madrid: Casilla; Danilo (Benzema, 79’), Ramos, Varane, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric; Lucas Vázquez (Kovacic, 70’), Asensio (Morata, 52’) y Cristiano Ronaldo.
Celta: Sergio; Mallo, Cabral, Roncaglia, Jonny; Radoja, Tucu Hernández, Marcelo, Wass (Guidetti, 87’); Bongonda (Sisto, 86’), Iago Aspas (Sergi Gómez, 80’).
Goles: 0-1, minuto 64, Iago Aspas; 1-1, minuto 68, Marcelo; 1-2, minuto 70, Jonny.
Árbitro: Fernández Borbalán (C. Andaluz). Mostró cartulinas amarillas a Ramos, Marcelo Díaz, Tucu Hernández
Incidencias: Partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el Santiago Bernabéu.