Los hechos, según informó este viernes la Comandancia de Pontevedra, ocurrieron el pasado domingo en la carretera PO-552 (Vigo-Tui), concretamente a la salida de Baiona, cuando el radar del Destacamento Tráfico de la Guardia Civil de O Porriño, detectó la circulación de una motocicleta marca Kawasaki, a la velocidad de 163 km/h, estando limitada en dicho punto a 50, al ser un tramo de curvas, con habitual presencia de peatones y ciclistas.
«Cuando uno de los agentes del equipo de control pretendió interceptar a la motocicleta para notificarle la infracción al piloto, no sólo desobedeció la señal de alto, sino que, sin disminuir la velocidad, estuvo a punto de arrollarlo. El agente no pudo realizar ningún movimiento de evasión debido a los coches que circulaban en sentido contrario», explica la Guardia Civil.
Al no ser posible la identificación del conductor en el momento que ocurrieron los hechos, el GIAT del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra se hizo cargo de las investigaciones que comenzaron por tomarle manifestación a la persona que figuraba como titular de la motocicleta, una joven, de 29 años, vecina de Redondela.
Esta persona, que asumió desde el primer momento la autoría, pese a que carece de permiso de conducción para motocicletas y de los conocimientos básicos para su manejo, fue notificada e investigada en su momento como presunta autora de un delito contra la seguridad vial.
Ante las evidentes contradicciones de la propietaria del vehículo, el GIAT continuo las investigaciones y pudo averiguar que el verdadero autor de los hechos había sido su pareja sentimental, R.L.F., de 34 años, vecino de Chapela-Redondela que, «aunque también carece del permiso de conducción de motocicletas, sí tiene conocimiento y habilidades para su manejo».
Las pesquisas del GIAT concluyeron con la investigación del novio de la chica como presunto autor de dos de dos delitos contra la seguridad vial, por conducir superando los límites de velocidad permitidos y hacerlo de forma temeraria, poniendo en peligro la vida de un agente.
Las diligencias instruidas se entregaron en el Juzgado de Instrucción de guardia de Vigo.