¿El despido genera depresión?
Por supuesto que sí. El estrés se genera desde la óptica de las “fuentes vitales estresantes” y entre ellas se encuentra el despido laboral. De una manera más clara, el despido laboral siempre supone una ruptura de nuestra normalidad y más aún en los tiempos de crisis económica donde la facilidad para encontrar un nuevo empleo es más limitada.
Diversos estudios científicos encuentran una relación directa de los despidos y la crisis económica con el aumento de casos diagnosticados de ansiedad, estrés, depresión y suicidio.
El consumo de ansiolíticos se triplicó en nuestro país en 10 años, pasando de 26,5 dosis/1000 habitantes/día (año 2000) a 79,5 dosis/1000 habitantes/día (año 2013).
¿Qué papel juega la Inteligencia Emocional ante una situación de despido?
Resulta fundamental la Inteligencia Emocional para afrontar una situación crítica como es un despido y más aún, cuando resulta inesperado o no deseado.
La propia dinámica empresarial incluso ha cambiado de cara al despido y más aún cuando se elige el viernes como día preferente para llevarlos a cabo sin tener en cuenta el factor emocional salvo para pretender anularlo.
Es muy normal que el trabajador se sienta bloqueado ante la noticia, incluso dolido y desorientado, con un futuro roto en pedazos en unos pocos instantes. En ocasiones se apodera de la persona un sentimiento de culpabilidad o de no ser bueno para llevar a cabo dicha labor.
Nunca conviene liquidar la relación con violencia verbal pues es cierto que no es positivo cerrarnos puertas. Lo mejor sería tomarnos nuestro tiempo para respirar, poner en orden nuestro pensamiento y sin más, ponernos manos a la obra.
La inteligencia emocional nos permite conocer nuestras emociones y aplicarlas de manera proactiva en nuestro favor. No tomemos decisiones cuando estamos enfadados. Busquemos la serenidad y diseñemos la estrategia necesaria para volver al mundo laboral.
Se dice que el mal endémico en nuestros días es la depresión, ¿qué opina?
2,4 millones de personas en España sufren depresión, un 5,2 % de la población total por lo que efectivamente estamos ante un problema de primer orden.
La depresión es algo a lo que podemos estar expuestos todos en algún momento de nuestra vida por lo que hay que romper tópicos falsos y no pensar que es algo de mujeres o de personas con poca resistencia emocional.
Entre las causas de dichos niveles se cita el incremento de la edad media de la población, los niveles de estrés y el aumento del consumo de sustancias tóxicas y fármacos.
Verdaderamente es una enfermedad en ocasiones poco valorada pues cualquiera puede decir que tiene depresión tratándose de otra cosa. El principal síntoma de la depresión es la tristeza, pero no una tristeza cualquiera sino una tristeza que es cuantitativamente mayor a cualquier estado de ánimo en el que podamos encontrarnos momentáneamente.
Las personas refieren perder las ganas hasta de vivir y llegan a pensar que no tendrán recuperación posible. Es frecuente encontrar en consulta pacientes que te hablan de un pozo oscuro de donde no se puede salir y mucho menos con consejos en ocasiones estúpidos como “tienes que animarte” o “sal a dar un paseo”.
A todo el cuadro debemos sumarle un proceso negativo a nivel cognitivo que provoca problemas de memoria, falta de concentración y dificultades para realizar cosas habituales en nosotros.
El trabajo a veces genera, stress emocional, buling, etc, ¿está el trabajador suficientemente amparado para evitar todo estos abusos?
Por supuesto que no y al igual, nada formado. En ocasiones se habla también de acoso laboral en situaciones que no lo son o se utiliza como herramienta de la empresa para provocar un despido.
La formación y la divulgación es fundamental para evitar éstos casos cuando aparecen dado el gran impacto personal, humano y laboral que provocan en la víctima.
¿Tiene cura la depresión?
Por supuesto que tiene cura y los datos así lo avalan. Debemos también ser críticos pues el 20% de los pacientes que acuden a los centros de salud presentan sintomatología depresiva, no siendo detectados ni diagnosticados un 50% de ellos.
Detrás del 50% de los suicidios se encuentra un historial clínico de trastorno mental que en ocasiones no se encuentra tratado de forma correcta dejando todo en manos de la farmacología que carece del poder terapéutico de las terapias combinadas con psicología.
Se comenta que a día de hoy hay muy pocas personas, satisfechas a nivel laboral, ¿es posible conseguir la felicidad en el trabajo?
Debemos partir de la base que todo el mundo laboral ha cambiado de manera radical en los últimos tiempos. Debemos pensar que es posible conseguir dicha felicidad y buscarla además pero también debemos tener claro que el trabajo es sólo trabajo. Vida personal y trabajo deberían ser dos compartimentos estancos que por desgracia se encuentran de forma habitual muy comunicados.
La preparación de los trabajadores facilitará sin duda dicha felicidad pues abrirá nuestro poder de elección y decisión en la tarea.
¿Es la resilencia una herramienta útil?
La resiliencia es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento.
La resiliencia estaría muy en relación con la inteligencia emocional pues debemos entender que somos nuestras emociones y que el ocultarlas no nos beneficia en nada. Desde pequeños se nos enseña a no llorar, a “portarnos como hombres” a resistir cosas negativas, dándonos cuenta que la vida es otro tema muy distinto y que el “ser humanos” nos hace en ocasiones rompernos emocionalmente y volvernos a levantar mediante la resiliencia.
La resiliencia se puede entrenar y llegar a mejorar enseñándonos en suma a vivir de otra manera y relativizar.