Quién iba a decir hace varias décadas que junto a los contenedores de basura se iban a encontrar todo tipo de muebles y electrodomésticos: armarios, camas, ropa, zapatos, sillones, televisores, ordenadores…, incluso libros. La fotografía constituye un buen ejemplo. Es una imagen totalmente real y no preparada de antemano. En ella podemos observar la mecedora frente al estante con los periódicos y junto al mueble de rinconera con el jarrón y las flores. Lo único que parece faltar son las paredes que rodean ese rinconcito aparentemente acogedor y lleno de historias familiares que alguien decidió arrojar a la basura por algún extraño motivo, quizá por un motivo feliz o quizá por algún acontecimiento triste de los que merece la pena olvidar.