Ocurrió hace diez días ante el Getafe y se repitió este viernes con el Girona. Un empate que sabe a derrota por las formas y por la sensación de que algo falla en el lugar en el que se construyen los equipos. El inicio fue la locura. Cuatro goles en solo quince minutos, la mejor muestra de cómo están las defensas de ambos conjuntos. Y es que, al margen de las buenas combinaciones de las delanteras, fue más demérito de las zagas. Un error tras otro, desquiciados con el corre calles, todo lo que llegó al área acabó en la red.
Se adelantaron los vigueses por medio de Sisto y empató Portu. Casi sin tiempo a reaccionar, Stuani cogió a toda la defensa celeste dormida para poner por delante al Girona y, por último, Maxi Gómez no falló en un mano a mano.
Además de los goles, tanto Rubén como Iraizoz tuvieron que emplearse a fondo para sacar dos balones que buscaban la escuadra. Con el paso de los minutos, se calmaron los ánimos y el Celta cargó más por su banda derecha, buscando la conexión entre Wass y Aspas.
La charla de Unzué en el vestuario sirvió para que su equipo saliese con la pausa necesaria. No interesaba correr tanto, sino dominar más, embotellar al Girona y acabar la jugada para evitar la salida rápida del rival. En este tramo brilló más Lobotka, siempre con una solución para desatascar la creación celeste y con menos errores que en otros partidos.
Debutó Roncaglia en Liga como central, tras sustituir a Fontás, pero la lesión de Mallo, apenas diez minutos después, provocó que se fuese al lateral diestro para dejar sitio a Cabral. El técnico celeste tampoco esperó más para dar entrada a Emre Mor y agitar el encuentro. El choque se pausó y urgían soluciones.
El golazo de libre directo de Wass aclaró el panorama, pero volvieron las dudas. Una jugada repetida esta temporada en numerosas ocasiones. Titubeos en defensa con un resultado devastador. Esta vez fue Juanpe el que cazó un balón que ningún celeste logró despejar y el Celta se quedó sin tiempo para enmendar. La tuvo Aspas, pero solo sirvió para confirmar que el moañés todavía no ha llegado. Y lo malo, es que nos hace mucha falta.
Celta: Rubén, Hugo Mallo (Cabral, min. 64), Fontás (Roncaglia, min. 56), Sergi Gómez, Jonny, Lobotka, Jozabed, Wass, Aspas, Sisto (Emre Mor, min. 72), Maxi.
Girona: Iraizoz, Bernardo, Mojica, Alcalá, Pons, Portu, Stuani (Kayode, min. 68), Juanpe, Aleix García (Douglas, min. 82), Maffeo y Borja García (Olunga, min.74).
Goles: 1-0, min. 8: Sisto, de cabeza a centro de Wass; 1-1, min. 11: Portu, a centro desde la banda; 1-2, min. 13: Stuani, de cabeza solo en el segundo palo; 2-2, min. 15: Maxi Gómez resuelve un mano a mano tras asistencia de Sisto. 3-2, min. 75: Wass, de libre directo; 3-3, min. 85: Juanpe tras varios rechaces en el área.
Árbitro: González Fuentes (Comité Asturiano). Amarillas a Bernardo, Maxi Gómez, Stuani, Juanpe, Alcalá, Pons y Emre Mor.
Incidencias: Séptima jornada de Liga disputada en el estadio de Balaídos ante 16.126 espectadores.