«La Pinta» volvió a hacerse a la mar cinco años después. Amarrada en el puerto de Baiona, donde se ha convertido en museo naval flotante, la réplica de la embarcación que anunció el Descubrimiento de América en 1493 salió a primera hora de la mañana de la villa en dirección al astillero Joaquín Castro de Camposancos, en A Guarda.
Ayudados por personal y embarcaciones del Monte Real Club de Yates de Baiona, la carabela abandonó a las nueve de la mañana el pantalán en el que todos los días recibe visitantes. Ya en la bahía fue enganchada al «Irmáns Garcia Nodal», de la Xunta de Galicia, para ser remolcada bajo una densa niebla hasta el río Miño.
«Calculamos que estará en el astillero entre tres y cuatro semanas, se llevarán a cabo algunas reparaciones para que esté en perfecto estado con motivo del 525 aniversario», apunta Raúl Costas, concejal de Actividades Marítimas de Baiona.
La última vez que «La Pinta» fue al astillero de A Guarda, donde también se construyó, fue en 2012. Este viernes regresaba a mar abierto a remolque del «Irmáns García Nodal». Ya en la desembocadura del Miño contaría con la ayuda de una embarcación de la Armada Portuguesa para remontar el peligroso tramo del río hasta el astillero.