Cualquiera podría pensar que la han subido en el ascensor, lo cual no resultaría tan descabellado teniendo en cuenta que hace años, en un barrio de la ciudad de Vigo, una familia también intentó introducir un burro en un ascensor para subirlo a un piso, aunque nunca se llegó a saber si finalmente lograron su objetivo. Pero el caso es que la moto está ahí, en el balcón, a buen recaudo en un garaje totalmente privado e inasequible al resto de los mortales. Sin embargo, la explicación de cómo la consiguieron subir es un poco más sencilla: se trata de unos apartamentos a pie de playa que tienen la entrada por la parte posterior, a la altura, precisamente, del piso del propietario, donde está la moto. Y es que en la vida siempre hay una explicación para casi todo.