Desde Elduayen a Príncipe, pasando por Policarpo Sanz, La Farola, Colón, Urzaiz y todas las calles que descienden o ascienden hasta la Porta do Sol. El centro de la ciudad vivió este sábado una auténtico colapso tan solo comparable a la celebración de la Cabalgata o los Carnavales.
Este año destaca la bola instalado junto a La Farola de Urzaiz, con 12 metros de diámetro y 14 metros de alto, 4.000 kilos de peso, 45.000 puntos de luz y una potencia de 12.500 watios.
Igualmente, destaca el árbol de 31 metros -el del año pasado fue de 25-, un diámetro de 12 metros, 20.000 kilos y una potencia de 20.000 watios. Hay ornamentación vegetal y no vegetal en la calle Príncipe, con cinco emplazamientos diferenciados, incluidas la Porta do Sol, Eduardo Iglesias y Praza de la Constitución.
El alcalde, Abel Caballero, anunció que la decoración sería mejor que la de la «Gran Manzana» de Nueva York y nadie quiso perdérselo, El acto de encendido del árbol gigante atrajo a miles de personas, familias enteras con sus niños, pero también a mayores, jóvenes y menos jóvenes.
A las siete de la tarde, el alcalde dio por abierta la programación de Navidad bajo el gran árbol instalado en la Porta do Sol, y se encargó de la cuenta atrás para que se encendiese e iluminase a todos los presentes.
Desde ese momento, se formaron enormes colas para pasar por debajo de la estructura gigante y hacerse la foto de rigor. En el otro extremo de la Porta do Sol, junto a la Praza da Princesa, sonaba la música de la mano de la Broken Peach.
La Navidad ya está aquí.