El Juzgado de lo Penal nº2 de Pontevedra ha absuelto al guardia civil acusado de un delito de homicidio imprudente tras disparar a Javier Fernández Fernández, que murió como consecuencia de este acto en agosto de 2015 en la vivienda que residía en Ponteareas. Dice la sentencia sobre el agente que, «consciente de la situación de riesgo de su compañero, a quien no podía auxiliar, ya que él estaba situado en el exterior de la vivienda, y dado que no tenía otro medio para evitar la agresión y el riesgo que representaba para la vida de su compañero, sacó su pistola y rápidamente, cuando consideró que podía hacer un disparo con la finalidad de herir el señor F.F., le disparó para impedir que continuara agrediendo a su compañero».