Según ha relatado la propia Laila Amaral, que voló a Vigo con motivo de una audiencia fijada para este pasado martes, que finalmente fue cancelada, el reencuentro se produjo “bajo la cautela de una psicóloga”, ya que el padre adujo problemas de esta índole para traer al niño a la ciudad olívica.
La madre, de origen brasileño, relató a través de las redes sociales cómo fue la visita y aseguró que su hijo no quería despegarse de ella cuando se acabó el tiempo. “Estaba todo el rato en mi colo, fue todo muy bien, pero al acabar gritaba de un lado y de otro, lloraba…”, contó en un vídeo colgado en su perfil de Facebook. “Cuanto más le oía gritar, más me dolía el corazón. Yo quería llorar pero no quería hacerlo delante de él”, añadió.
De hecho, Amaral desveló que aprovechó el momento en el que se llevaban al niño entre gritos para grabar un vídeo que utilizará “como prueba para la jueza”. “El está acostumbrado a estar conmigo”, apuntó.
La madre confesó que lo está pasando muy mal porque está muy unida a su hijo y que estos momentos están siendo “muy duros”. “No le deseo esto ni a mi peor enemigo. En este tiempo he envejecido diez años”, afirmó.
Contacto por videollamada
Según ha explicado en el vídeo, a partir de ahora podrá contactar con su hijo a través de videollamadas gracias a un nuevo mandato judicial. “Podré hablar con él por Skype. Supuestamente, a ver si todo va correctamente”, deseó.
Además, ante las acusaciones de su expareja de no tener bien atendido al menor y no encontrarse psicológicamente en condiciones para cuidarlo, Amaral ha accedido a ser evualuada por profesionales. “Me someto a un psicólogo, no tengo ningún problema”, señaló.
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