Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, recorrió este viernes Vigo por los cuatro costados. En una visita maratoniana, la primera vez que un regidor madrileño visita oficalmente el Concello, no desperdició ni un minuto para observar todos los proyectos de movilidad que están en marcha en la ciudad.
Llegó a primera hora del día al aeropuerto de Peinador y mantuvo una reunión de trabajo con el alcalde de Vigo, Abel Caballero, durante más de hora y media. Ambos comparecieron juntos en sala de prensa y Carmena respondió con tono conciliador a alguna que otra polémica como la de feria Arco.
«No podemos permitir que se perciba a Madrid como una ciudad donde se censura la creación artística. Reconocer la libertad de los que hacen cosas con las que no estamos de acuerdo es la grandeza de la libertad. No apoyo a los independentistas pero no estamos hablando de eso”, aseguró respecto a la retirada de una obra de Santiago Sierra en el recinto del Ifema.
Para cerrar su rueda de prensa y antes de que varios periodistas vigueses se fotografiasen junto a ella, Manuela Carmena admitió que en su ciudad echaba de menos el mar. «Estoy encantada de estar en esta ciudad llena de este espectáculo maravilloso que es el mar, ya sabéis que los madrileños siempre tenemos una enorme añoranza del mar, no lo podemos evitar, no tenemos playa, no tenemos mar, os envidiamos. Es un placer estar en esta ciudad tan viva, tan llena de historia, tan llena de recuerdos y tan llena de belleza», señaló.
Dicho y hecho. El alcalde cumplió el deseo de la regidora madrileña y como estaba previsto fueron a dar un paseo por Samil. Antes de eso, acudieron al Auditorio Mar de Vigo y a la instalaciones de la UNED en el mismo edificio. También acudieron al ascensor que une las calles Menéndez Pelayo y Camelias, una de las primeras actuaciones del proyecto Vigo Vertical, y a la Gran Vía.
Caballero explicó a Carmena la inversión procedente de la Unión Europea, de más de 15 millones de euros, para facilitar la movilidad de los peatones y salvar las numerosas cuestas. Hubo tiempo para una parada en el mercado del Progreso y finalmente acudieron a Samil para caminar con las Cíes al fondo.
Durante todo el recorrido por la ciudad, la alcaldesa de Madrid fue abordada en numerosas ocasiones por «fans» que le pidieron un selfie o simplemente «un abrazo».