Y eso se nota desde el planteamiento: si el anciano rey Lear pretendía repartir el enorme reino de Bretaña entre sus tres hijas, aquí lo que se reparte es una casa de comidas, cuya especialidad es el lacón con grelos. Las shakespearianas Gonerilda, Regania y Cordelia se convierten en Maribel, Rita y Cordelia (la pequeña mantiene nombre y protagonismo), mientras que los maridos de las mayores (el duque de Albania y el duque de Cornualles en el original) pierden su origen noble con la adaptación y pasan a ser Cosque y Albino, mantenido y bufón el primero, chef con sueños de estrella Michelín el segundo.
¿Quién no temblaría ante lo complicado de escribir algo así y salir airoso? Sin embargo, Ibuprofeno Teatro no tembló al llevarlo a cabo, y mezcla la retranca gallega con la violencia y la tragedia del dramaturgo inglés, con un desenlace de la obra que hará estremecer a cualquiera.
Lear decía aquello de:
«Poned aquí el mapa. Sabed que hemos partido en tres nuestro reino y que es nuestra inmediata intención sacudir los cuidados y las faenas de nuestra edad sobre fuerzas más jóvenes para reptar sin peso hacia la muerte».
Mientras que Manolo Rei, patriarca de la familia y amo absoluto de la casa de comidas, proclama:
«Para facer a dixestión tranquilos, imos falar antes o que hai que falar. Logo, que cadaquén tome cantos licores precise e á saúde de quen lle pareza. Levamos anos comendo todos xuntos os domingos despois de pechar, pero esta de hoxe non é unha comida máis».
Curiosamente (o no tanto), el propio Shakespeare escribió su obra a partir de una leyenda previa, la de un anciano rey de Bretaña anterior a la época del Imperio romano. El rey repartió su reino entre sus tres hijas y se enfadó con la pequeña por considerar que ésta no había respondido a su legado como él creía que debía haber hecho, y eso desata una guerra entre las hermanas que destroza el reino por completo. Shakespeare solía ser moralizante en muchos de sus escritos, y aquí deja claro que el mal juicio del rey hacia su hija termina por arrasar a la familia, y con ella Bretaña entera.
Algo parecido ocurre en «Casa O´Rei», donde el odio, la envidia, la falta de autoestima, la ambición, la hipocresía y la violencia más cruda se escenifican en unos grelos que han quedado demasiado pasados. «E a carne está desaborida de todo: non ten sustancia».
Un verdadero manual sobre las comidas en familia llevadas al extremo. Quien vea la obra y no se sienta representado en su propia familia, es que nunca ha ido a una comida de ese tipo; y quien no se sienta impresionado por el tremendo desenlace, es que no está vivo.