Efectivamente, es un corto paso entre la parte frontal de la iglesia de María Auxiliadora —también conocida como la iglesia de los Salesianos—, en la Ronda de Don Bosco, y la Rúa Taboada Leal, coincidiendo con el comienzo de la Rúa Ecuador. En ese pequeño callejón sólo hay dos o tres casas, ya ruinosas, y la fachada posterior de otras tantas a las que se accede por la Ronda de Don Bosco. Asimismo, existe una entrada al patio del colegio que contribuye a darle vida. Este es uno de esos rincones urbanos que pasan inadvertidos y que probablemente harían perder un concurso con preguntas sobre la ciudad de Vigo.