Además, el Gobierno gallego ha establecido ayudas máximas de 109.000 euros para primeras viviendas y de 43.000 euros para las segundas residencias. Muchos de los implicados han mostrado su enfado por las “trabas” que consideran que se les han puesto a pesar de haber perdido, en muchos casos, todo lo que tenían.
“No nos han solucionado nada”, declaraba una vecina de la zona cero, que además todavía no ha podido entrar en su casa porque la Guardia Civil no se lo ha permitido al tener acordonado el lugar. No obstante, a este respecto, el alcalde de Tui anunció posteriormente que los afectados podrán volver a sus hogares para realizar las gestiones que precisen acompañados de bomberos y técnicos. El propio regidor, Carlos Vázquez Padín, ha mostrado su descontento y valora solicitar la declaración de zona catastrófica.
“Pague y luego reclame”, lamentaba otra damnificada, que incluso denunció que se estaban produciendo robos en algunos domicilios que han quedado sin puertas o paredes por la explosión. “Están ayudando más los vecinos que ellos”, se quejaba en referencia a los políticos. “Se les pregunta y no saben responder a nada”, añade.
“Quien tenga el dinero, lo adelantará. Quien no… Los daños menores los puedes subsanar pero los grandes, no”, apuntaba otro vecino a la salida de la reunión.
Algunos de los afectados cuentan con seguro y ya han recibido la visita del perito. Otros no tienen ese paraguas. En total, según informó la Xunta de Galicia este jueves, 33 familias han tenido que ser realojadas debido a los daños sufridos en sus casas.