Se trata de una serpiente venenosa, aunque no peligrosa para los humanos, ya que tiene los dientes en la parte trasera de la boca, lo que la hace inofensiva. Si se siente amenazada, se para alzando la cabeza y parte del cuerpo, con movimientos de balanceos y emitiendo pequeños silbidos para impresionar a su oponente.
El animal, que mide entre 1,50 y 2,50 metros de longitud cuando es adulta –en este caso medía un metro- es muy veloz, activa y agresiva, detecta a los humanos fácilmente por lo que es difícil avistarla y durante los meses más fríos entra en letargo invernal.
Es además una especie protegida, por lo que posteriormente fue liberada en su hábitat.