Ese edificio albergó en otros tiempos una cárcel tan siniestra como cualquier otra, y sobre la que muchas personas escribieron relatando los horrores que se vivieron en el interior de sus celdas y de sus dependencias. Uno de los relatos más estremecedores es el titulado “Sentinela, alerta!”, publicado en el año 2002 y escrito por María Xosé Queizán, un relato de lectura recomendada para quienes quieran conocer la verdadera historia de ese edificio que se muestra en la fotografía, cuyo reloj ubicado en lo alto se mueve marcando el paso inevitable del tiempo.