Pues hoy vamos a hablar de una historia del segundo tipo. Este pasado lunes 18 se presentó en Vigo «Los jinetes del mar», la última obra de Fernando Lillo Redonet, Doctor en Filología Clásica y profesor de Latín y Griego en el IES San Tomé de Freixeiro, de Vigo. Precisamente fue en este instituto donde tuvo lugar la presentación, una de las más originales de este año, pues contó con la participación del Club de Esgrima Falcata y de los propios alumnos de bachillerato en la recreación de una de las escenas más terribles de la Tercera Guerra Púnica.
«Carthago delenda est» («Cartago debe ser destruida»), como decía por aquella época Catón el Viejo en cada uno de sus discursos ante el Senado Romano, y finalmente lo consiguió.
Con la misma determinación, Lillo Redonet ha construido una brillante carrera como novelista histórico, además de experto consultor en diversas revistas acerca del Mundo Antiguo, también en cuanto a la interpretación que ha hecho de él el mundo del cine. Tras dos libros de relatos para escolares, cuatro ensayos y tres novelas, «Los jinetes del mar» utiliza como base el llamado «Periplo de Hannón» para construir una clásica novela de aventuras que comienza en 146 a.C. —en la famosa caída de Cartago que tanto reclamaba Catón— y luego salta al 481 a. C., donde tendrá lugar el viaje. El «Periplo de Hannón» es una narración en griego acerca de un mítico viaje cartaginés, de veracidad dudosa, que habría recorrido la costa atlántica del continente africano y habría encontrado los primeros gorilas. Sólo el hecho de traspasar las llamadas columnas de Hércules —el Estrecho de Gibraltar—, ya era una proeza en aquel tiempo, y muchos de estos viajes estaban revestidos de fantasía y creencias.
Y es que nos siguen encantando las grandes aventuras, todas tan parecidas, como dijera Joseph Campbell.
La presentación del 18 de junio fue un ejemplo maravilloso de la pasión por la aventura, en el que un grupo de estudiantes y miembros del Club de Esgrima Falcata representaron el avance de unos legionarios romanos, con una formación en escudo, mientras las viudas cartaginesas veían desde la colina de Byrsa cómo su mundo se hundía en el horror. La Historia es una fuente inagotable de verdades, crudeza y acontecimientos que se repiten, sobre todo para quien la olvida.
Por eso adoramos las novelas históricas, para disfrutar otra vez de aquellas gestas incomparables, que autores como Lillo nos traen al presente.