Muchas gracias por atender a «Vigo é». ¿Qué puedes contarme de esta novela?
Pues te diré que es mi segundo trabajo, del que estoy muy orgulloso, sobre todo con la acogida que ha tenido. Quería invertir los roles habituales de la mujer que se enamora de un hombre. Del sexo libremente escogido. De las decisiones mal vistas… Aquí ellas deciden sus cartas con fuerza, y ellos pasan casi desapercibidos pese al claro protagonismo de uno, en particular. Creo que el trabajo final ha sumergido a los lectores bajo la piel de los protagonistas que caminan las calles de París.
¿«363 TQ» es una novela romántica, erótica, geográfica, epistolar…? ¿Estás de acuerdo con las etiquetas?
Es inevitable querer una etiqueta cada vez que vas a leer un libro, sobre todo por descartar aquello que no te encaja. Yo tengo muy claro cómo las siento cuando escribo. Pero el feeling final le pertenece al público y sus propias experiencias.
Precisamente hablando con Pedro Feijoo coincidíamos en la dificultad de encajar un texto, así que esperamos las primeras impresiones para futuras entrevistas… Así que, de la mía, puedo confirmar que cabalga entre lo romántico creíble y lo erótico. Pero no es ni una ni otra. Yo mismo evito la literatura romántica y sin embargo creo que esta es una historia divertida, natural.
Hay un cambio de temática respecto a tu primera obra, «La travesía del Fénix». ¿Qué te ha llevado a escribir «363 TQ»?
A ti te voy a ser sincero. Cuando mi Fénix desplegó las alas yo ya estaba trabajando en su continuación. Pero tuve un momento “Defreds” al encontrar unos cuantos trabajos antiguos de poesía y prosa poética, así que pensé en hacer una recopilación. Luego lo convertí en novela como una historia de amor sencilla, rápida, tipo Amazon para sacar en navidades. Y en un momento de la novela, le introduje al personaje algo que me había pasado a mi en la vida real y de pronto aquello se abrió como los pétalos de una rosa. Y mientras mi vida siguió un camino, ellos cogieron esas vías alternativas que me podrían haber pasado. Hasta que en un punto cogieron su propia vida.
Estos días estarás presente en varias Ferias del Libro por toda Galicia. ¿Cómo vives ese contacto de primera mano con los lectores?
Creo que es imprescindible. Antes de escribir era lector, por supuesto. Y no sabría decir si me emocionaba más conocer antes al autor o ahora que me cuentan lo que se siente con mis aventuras. Creo que estamos en otro momento de la literatura y todos debemos bajar a la calle porque sin esa cercanía, nuestros personajes estarían perdiendo todas esas nuevas perspectivas.
Eres uno de los autores más detallistas en todo lo que haces: igual en el resultado final de tus libros, en tus presentaciones o en el trabajo a través de redes sociales. ¿Qué piensas de esas facetas de tu profesión?
Algunos creen que en el texto se acaba tu trabajo. Con suerte, si te lleva una editorial, te mantienes al margen de lo que es esto en sí. Por un lado, somos los autores, pero por el otro es un negocio y hay que saber gestionarlo. No bromeo cuando digo que he sido editor, maquetador, publicista y agente. A los lectores que confiaron en mi en la pre-reserva, preparé unos packs especiales. De hecho, en “363 TQ” reconozco que he realizado un gran trabajo de márketing. Y todo ha sido artesano, los perfumes, la taza… Creo que la novela física, tan solo es la mitad y que hoy por hoy, vender un libro tiene que proporcionar una experiencia inédita para el lector. ¿Qué pienso? Que me encanta todo este proceso creativo tan diverso.
En tus novelas abordas temas muy complejos: el dolor, la soledad, la rutina dentro de la pareja, la paternidad o las nuevas formas del amor. ¿Cómo abordas cuestiones tan profundas?
Bueno, creo que no es nada nuevo. Durante años la gente que se me ha acercado de una u otra manera, traía estas dudas. Incluso yo he pasado por terribles dilemas. Al aprender las respuestas, es fácil imaginar cómo preparar un personaje y sus cambios. Lo vivo día a día. Quizás lo que el lector disfruta en mis textos, es la naturalidad con la que muevo los hilos de sus desgracias y les obligo a pensar. A veces con dilemas, otras con ejemplos reales. Creo que mi toque está justo en esa “realidad” con que los trato.
También hablas de la manera en que las nuevas tecnologías han afectado a nuestra manera de comunicarnos: en las relaciones amorosas, laborales o de amistad. ¿Qué opinas de este tema?
Poco vamos a decir que no se sepa, ¿verdad? Nos faltan cafés, cañas, postales, atardeceres y domingos de churrasco. Nos falta improvisar, enfadarnos a la cara. Y nos sobran los “te quiero” digitales y con emoticonos. Estamos frivolizando lo que estremece una caricia y un susurro. Estar tan hiperconectados nos ha vuelto cada vez más desapegados. Y esto entre nuestras cuatro paredes… Las apps para “ligar” se han convertido en algo que machacará a la larga nuestra autoestima. A ver, si hace poco pedí para salir a alguien en una “notita”… ¡Fue tan mágico que me dio para una novela!
Gracias por dedicarnos tu tiempo. ¿Algún mensaje final que quieras darnos?
Soy muy de máximas, así que me referiré a la que lleva “363 TQ” por bandera: Improbable no es imposible. Así que hasta que la segunda rodilla no toque el suelo, vamos a seguir luchando por la felicidad. ¡Muchas gracias a ti!