Pero la aparición de Fernando, el cantante, con la elástica con el dorsal de Iago Aspas no estaba en el guion. Fue una de las imágenes de la noche y uno de los momentos más aclamados por público, que abarrotó el parque, tanto la zona de pago como la gratuita desde primera hora. Ya a media tarde muchos fueron cogiendo sitio en el graderío. Los que llegaron poco antes del concierto se quedaron boquiabiertos al ver que tendrían que seguirlo desde lejos. Y muchos de ellos se llevaron un chasco, porque el sonido no llegó con la calidad esperada a las zonas más distantes.
Unos asistentes entregados, un grupo que buscó la complicidad de la gente, un Castrelos lleno y, para no variar, un alcalde subido al escenario fueron algunas de las imágenes que dejó una noche difícil de olvidar en Vigo.
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