Si estás probando diferentes reproductores de vídeo, con independencia del sistema operativo en el que te encuentres (Windows o MAC), hay una serie de factores que puedes sopesar antes de hacer tu elección.
¿En qué debemos basarnos para elegir un buen reproductor de vídeo?
Ligero
Cuando hablamos de que el reproductor sea ligero, nos referimos a dos criterios principales:
·Qué ocupe poco espacio en el disco duro: Es cierto que, hoy por hoy, no importa que un programa ocupe mucho espacio, y es que tenemos capacidad en el HD para aburrir. Sin embargo, no hace falta descargarse el software más pesado de Internet para que funcione mejor: de hecho, si tan grande es, es posible que le cueste cargar ciertas funcionalidades.
·Qué gestione bien los recursos: Necesitas un programa ligero que maneje los recursos de la mejor manera posible, y más si vas a reproducir contenido en 4K (contenido que necesita buena memoria RAM + CPU). Si el software consume más recursos de los que precisa, puede que el PC no tarde en “colgarse”.
Compatibilidad con formatos
También nos hace falta que el reproductor sea compatible con la mayoría de formatos de vídeo o, por lo menos, con los que más utilizamos normalmente. Si tenemos que bajarnos un programa para cada formato no acabaríamos nunca, y mucho menos si tuviéramos que utilizar un convertidor.
Actualizable
El programa debe actualizarse con regularidad. En cualquier momento puede parecer un nuevo formato, o un nuevo códec. Si los nuevos vídeos aparecen en dicho formato/códec, el programa quedará obsoleto. Por fortuna, la mayoría de los reproductores de vídeo actuales tienen un buen soporte a sus espaldas, por lo que no tardan mucho en ser actualizados.
Relación entre calidad y precio
Hay reproductores de vídeo completamente gratuitos, pero puede que no tengan las funciones que necesitas. En este caso, quizá deberías plantearte comprar un reproductor que se ajuste a tu presupuesto.
Estas 4 claves te permitirán encontrar un buen reproductor de vídeo.