En este estreno, un reportero acompañó a una empleada de Vigo durante una dura jornada laboral para dar cuenta de su difícil situación, no sólo por las bajas temperaturas de su lugar de trabajo o su salario de 800 euros mensuales, sino por el ambiente que les rodea. “No te dejan ni hablar con las compañeras. Se limpian ciento y pico chipirones en cinco minutos”, advertía.
Varias operarias mostraron el estado de sus manos, muy afectadas por el frío y por la rapidez con la que tienen que trabajar con una serie de movimientos repetitivos. Además, en el plató se explicó cómo son las “huellas físicas” que deja esta labor: piel pálida, aumento de la tensión arterial, complicaciones en las cervicales y las piernas, mayor producción de orina…
En el programa, que se desarrolla en un plató construido dentro de un camión, también intervino el empresario Josep Bou, que defendió que su colectivo “mira por la productividad y por ser competitivos”. Fue uno de los momentos tensos de la noche, ya que una de las trabajadoras le replicó: “¿Qué se cree que hacemos todos los días? ¿Jugar a las cartas?”.
El economista Miguel Anxo Bastos también provocó la ira de las trabajadoras al decir que la huelga no era un método efectivo y que a los empleados “hay que probarlos para ver cómo funcionan, igual que hacemos con el jamón”.
Además de profundizar en las condiciones laborales de estas trabajadoras, ‘Carretera y manta’ abordó la situación de la sanidad pública gallega, donde una enfermera mostró su vida laboral y una caja repleta de 496 contratos. Igualmente, el programa contó con el testimonio de un limpiador, reponedor y repartidor de pizza por 247 euros al mes.