Los smartphones han hecho posible el establecimiento de una comunicación bidireccional entre consumidores y proveedores, en cualquier momento y lugar. El marketing no podía desaprovechar esa oportunidad, y a día de hoy a nadie se le ocurre discutir la necesidad del marketing online, es algo que se da por hecho.
La potencia de las técnicas de marketing en la red, sin embargo, no invalida los métodos tradicionales, que tienen a sus espaldas décadas de perfeccionamiento y probada eficacia. Entre ellos están los regalos promocionales, así como toda la gama que existe de material publicitario impreso. Para ambos casos podremos contar un proveedor como https://www.helloprint.es/ para nuestro proyecto.
También es muy popular la inclusión de publicidad en medios de comunicación masivos, como periódicos o emisoras de radio o televisión, o en medios como gacetas locales. Asimismo, son muy utilizados los catálogos de negocios orientados a un barrio o ciudad, como las famosas Páginas Amarillas.
La suma de uno más uno no siempre es dos
Con el marketing offline, como se denomina ahora a las técnicas tradicionales de marketing, no se trata de hacer únicamente una campaña alternativa o complementaria a las de marketing online. Las campañas se tienen que hacer de forma integrada, buscando maximizar las sinergias entre ellas.
Los elementos físicos deben hacer referencia a la parte que está en la red, y esto se consigue incluyendo enlaces, códigos QR, el nombre del usuario de Twitter o Instagram del negocio, entre otros. De esta forma el consumidor puede completar la información que le ofrece el soporte físico, y acceder fácilmente al producto, servicio o promoción.
Atraer la atención entre el maremágnum digital
El usuario de Internet es bombardeado con anuncios de todo tipo y condición, banners, ventanas emergentes, correo spam, vídeos no deseados que se reproducen automáticamente, encuestas, etc. En muchas ocasiones estos impactos publicitarios son ignorados, y en el peor de los casos considerados una molestia por el destinatario de los mismos.
El poder tener en las manos un catálogo, un flyer con un descuento o un cuaderno personalizado por alguna marca, aporta un valor que difícilmente puede tener una aparición efímera en una pantalla o un correo electrónico entre cientos. Un consumidor interesado en un producto o servicio puede guardar un folleto para consultarlo en el momento que le interese o le sea posible.
Segmentar y sorprender al consumidor
Un producto físico lo podemos distribuir exactamente donde nos interese, segmentar al público por barrios, edades, etc. Un buzoneo o una entrega de flyers puede adecuarse con bastante exactitud al público objetivo de la campaña, con un coste razonable.
Entre las posibilidades del marketing offline está la de sorprender al público con algún regalo promocional original, o incluso el recurrir a técnicas novedosas, que no necesariamente tienen que estar relacionadas con la red de redes. Una tendencia emergente, por ejemplo, es el marketing olfativo, cada día más presente en las estrategias corporativas y que se puede combinar con otras técnicas como el buzoneo.