No hay derecho. Aún no se ha sobrepuesto de la pena del apagado del alumbrado navideño –relumbrante éxito colosal- y, sin darle cuartel alguno al alcalde, pretendían endosarle cinco anuncios en las afueras, como en la película que supuso el Oscar a la mejor interpretación para Frances McDormand en 2017.
Pero la empresa que gestiona los espacios publicitarios, posiblemente tras reflexionar sobre el contenido y el continente del mensaje que los Populares querían anunciar, entendió que la alusión a “Caballero, very welcome a la realidad”, no sonaba mucho a algo hecho desde el respeto y desde la verdad, como justifica la líder del PP de Vigo.
Pero ella, llevada por su carácter intrépido e incombustible, auto investida justiciera de la ciudad, con ideas atrevidas y revolucionarias, no ha tardado en sustituir la valla por el rancio panfleto y hacer llegar –aunque no quieran- a todos los buzones de los vigueses y viguesas la realidad que tan bien conoce: que Caballero es Satanás, o discípulo en su defecto.
Supongo que la impotencia es muchas veces la madre del ridículo. No parece haber margen en el PP para hacer verdadera y congruente oposición local en Vigo. Por cierto, ¿cómo han conseguido acceder a los buzones de los edificios? ¿Con el mensaje “ábranos, traemos la luz y la verdad”? La luz no; la luz es de Caballero, y se lo están poniendo “a huevo”.