A este respecto le diría al señor alcalde que la remodelación del estadio habría que hacerla con mayor ritmo, porque si no veremos la obra finalizada cuando los alevines celestes de hoy en día lleguen al primer equipo.
Pero, estadio aparte, creemos que debemos pararnos en la situación deportiva del RC Celta y pensar en el porqué hemos llegado a esta caótica situación. El club partía hace dos temporadas de una magnífica situación deportiva con una plantilla competitiva y un entrenador ya afianzado como Eduardo Berizzo.
En esa temporada 16-17 el equipo llegó a semifinales de Copa del Rey y Liga Europa, y en esta última estuvo muy cerca de poder eliminar a todo un gigante como el Manchester United.
Entonces, ¿qué ha pasado para que en tan poco tiempo el equipo haya degenerado hasta la situación de hoy, con un pie en la división de plata del fútbol español? Sucedió que don Eduardo no fue renovado, algo nunca explicado, y se comenzó a tomar decisiones claramente equivocadas en la contratación de entrenadores.
De esta manera se optó por fichar entrenadores de segundo nivel, como el señor Unzué, sin experiencia como primer entrenador en la máxima categoría. El técnico navarro no aportó nada y cumplió discretamente. A partir de ahí la deriva fue a peor, y se eligió a un exótico Antonio Mohamed que estaba entrenando en… la liga mexicana.
Lo que siguió después es de todos conocido, el primer parche fue el portugués Cardoso que no pudo enderezar la nave y por fin se optó por un profesional competitivo como Fran Escribá. Lástima que el señor Escribá disponga de tan poco tiempo para arreglar el desaguisado.
Debemos añadir que en estas dos ultimas temporadas la plantilla se ha visto privada de varios jugadores titulares que se han sustituido por otros de bastante menor calidad, de ahí que hoy el equipo no se ve con fuerzas de ganar y sale derrotado de antemano, por lo que el nuevo entrenador deberá hacer un milagro y siempre contando con “San” Iago Aspas.
La sensación desde fuera del club es que el señor Mouriño ha dejado de preocuparse por la parte deportiva del club, invirtiendo el menor dinero posible para obtener un buen superávit a final de temporada. Parece que sus otras preocupaciones son un nuevo estadio fuera de Vigo y la nueva ciudad deportiva con su correspondiente… centro comercial.
Todo esto la afición, la gran olvidada, no lo puede entender. Es posible que el proyecto de Balaídos tenga algún defecto y no guste al señor Mouriño, pero eso se arregla con un par de reuniones con don Abel y una rueda de prensa a continuación y santas pascuas. Lo del centro comercial en Mos es aún más difícil de entender… o no.
Pero don Carlos parece encantado de haberse instalado en la confrontación con el máximo dirigente vigués sin darse cuenta que el que pierde es el RC Celta, y que buscarse un enemigo como don Abel puede resultar un problema muy serio.