Los hechos sucedieron por la tarde en la parroquia de Aldán cuando este guardia civil, que circulaba en su vehículo particular, observó que la conductora del coche que le precedía se había detenido para auxiliar a un perro que caminaba con dificultad por la calle.
Entre los dos pudieron comprobar que el can, además de presentar unas deplorables condiciones higiénicas, tenía el cuerpo recubierto de heridas, sobre todo en la boca.
Con la ayuda de la Protectora de Animais do Morrazo se le prestaron los primeros auxilios y a través del microchip se pudo localizar al propietario del perro, que resultó ser un vecino de la misma parroquia.
El animal, que según las primeras apreciaciones presentaba un grave estado de deshidratación y desnutrición, fue ingresado en una clínica veterinaria para su tratamiento y rehabilitación.
Su propietario, que aparentemente tenía conocimiento de las sus heridas y las condiciones en las que se encontraba, fue denunciado ante la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia como supuesto autor de una infracción grave tipificada en la Ley de Bienestar Animal de Galicia.