El partido contra el Villarreal fue, en todos los sentidos, un punto de inflexión. Para que el Celta iniciara su camino hacia la salvación y para que el estadio vigués cogiera forma y ya no bajara nunca de la barrera de los 20.000 espectadores. El duelo contra el cuadro castellonense fue, de hecho, el que registró el mejor dato de todo el curso, con 22.564 espectadores.
Aunque por poco, ni los compromisos contra el Real Madrid (21.184) o el Barcelona (22.519) lograron esta afluencia. En gran parte porque el club repartió entradas gratis para sus socios para el importante choque contra el submarino amarillo, al igual que haría posteriormente en otros encuentros.
Esto permitió dejar atrás los nefastos datos con los que empezó la campaña 2018-19. Por ejemplo, en la primera vuelta Balaídos se quedó a media entrada contra el del Huesca (13.463) o el Athletic de Bilbao (13.266). Éste último fue el peor de la temporada.
Entre los malos registros del principio del curso y el arreón final, Balaídos cerró la campaña con una asistencia media de 17.704 espectadores, un 8 por ciento más que la anterior. Habrá que ver si, al igual que ese partido contra el Villarreal, este cambio de tendencia supone también un punto de inflexión para el Celta en el área social.