La sensación de agobio se ha visto remarcada por la ausencia de viento y porque en ningún momento ha dejado de azotar el calor, ni siquiera de madrugada. La mínima de este viernes ha sido de 21,89º, un índice registrado a las 00.10 horas y que seguramente ha hecho que a más de uno le haya costado conciliar el sueño.
Vigo no se ha quedado nada lejos de los baremos de otros municipios del área metropolitana como Arbo (34,1º), Salceda de Caselas (34,2º) o Tui (34,6º), que suelen marcar diferencias superiores.
El sol seguirá apretando este sábado. De hecho, se mantiene el aviso amarillo por altas temperaturas en el sur de la provincia, en la zona del Baixo Miño y la frontera con Portugal. La previsión, no obstante, apunta a temperaturas ligeramente más bajas, que en Vigo oscilarán entre los 18 y los 31 grados.
La situación se suavizará notablemente el domingo, con máximas de 25 grados, y la influencia anticiclónica desaparecerá completamente a partir del martes, día en el que podrían regresar las lluvias y no alcanzarse los 20 grados.