Era una acertada llamada de denuncia sobre un problema que incumbe a toda la sociedad. Pero ya no existe y en su lugar se ha colocado un simple anuncio en el que casi nadie repara. De qué nos sirve ser progresistas y evolucionados si continuamos careciendo del respeto entre nosotros. En la violencia de género hay mujeres y hombres entre las víctimas, aunque la mujer es la víctima más numerosa, de un modo abrumador.
La fuerza física y la absoluta falta de respeto del hombre y su estúpido machismo juegan en contra de la mujer. No son así todos los hombres, pero mientras existan algunos la situación resulta preocupante. La educación en un marco de respeto es fundamental para fomentar una sociedad tolerante, tal como pretendemos.
Pero si la educación intenta evitar la violencia contra la pareja, las leyes también tienen que evolucionar de un modo acertado y sin complejos para proteger a las víctimas y, si desgraciadamente llega el caso, para imponer el castigo correspondiente y apartar de la sociedad al culpable, sin remisión de pena. Porque las leyes siguen jugando en contra de la mujer y de los más débiles. Y así las cosas, con una violencia de género que sigue existiendo, ¿por qué se ha retirado aquel contador que era una auténtica llamada de atención a la conciencia de la sociedad?