Aconteció el pasado día 10 de agosto como consecuencia de una afección pulmonar que no pudo superar. Dos días antes coincidí con él en la calle y conversamos brevemente en lo que sería, sin saberlo ninguno de los dos, nuestro último encuentro.
Senén Martínez ocupó un puesto de máxima responsabilidad en la Cruz Roja de Vigo y junto con su equipo asistió durante décadas a los heridos en accidentes de carretera, estuvo presente en el campo de fútbol del Celta de Vigo, en Balaídos, para atender a los heridos, se ocupó de la asistencia sanitaria en las playas de Vigo y alrededores, se ocupó de la recepción de las víctimas de la tragedia del río Órbigo, de la asistencia de las víctimas en el descarrilamiento ferroviario de Rande, y de la recuperación de los cadáveres resultantes del hundimiento del Márbel. La vocación de Senén Martínez Castro siempre fue ayudar desinteresadamente a sus conciudadanos y defender la ciudad de Vigo.
Sus vecinos del barrio del Casco Vello, donde vivió muchos años y donde tuvo un conocido bar, lo recuerdan con agrado, siempre dispuesto a ayudar a todo el mundo. Y también lo recuerdan sus vecinos de la Avenida de las Camelias, donde residió en la última etapa de su vida. Todas las personas que lo hemos conocido podemos dar fe de una vida de entrega desinteresada y una defensa sincera de la ciudad de Vigo que le hacía merecedor, con gran diferencia, del título de Vigués Distinguido. Sin embargo, por diferentes motivos nunca se pudo conseguir el nombramiento, aunque para todos los que lo hemos conocido siempre lo será.