El responsable ha aceptado los términos de la sentencia y no la ha recurrido, por lo que pasa a ser firme. El juez ha entendido que los hechos son constitutivos de un delito continuado de maltrato animal según los artículos 337.1 y 3 del Código Penal.
El suceso se remonta al 16 de agosto de 2018, cuando la Policía Local de Vigo consiguió rescatar a dos cachorros de perro recién nacidos después de que fueran tirados a un contenedor de basura. Un acto que provocó la muerte de un tercer can, que fue encontrado ya sin vida por los agentes que se hicieron cargo de la intervención. Los animales fueron hallados dentro de una bolsa llena de excrementos.
Efectivos de la Unidad Municipal de Intervención Rural (UMIR) se hicieron cargo de la investigación y, tras pasar el correspondiente aviso al lacero para que recogiese a los canes y los trasladase a la protectora de animales, iniciaron actuaciones para localizar al culpable.
Las gestiones dieron su fruto días después tras establecerse un perímetro de estudio y búsqueda de datos. Cerca del lugar donde se abandonaron los cachorros se localizó una vivienda cercana donde parecía haber perros. Los policías se entrevistaron con el residente de la casa, quien confirmó que efectivamente tenía varios canes, pero ninguna perra que hubiese parido recientemente. El sospechoso permitió a los agentes que inspeccionaran el lugar y mostró un can macho en la parte trasera de la casa.
No obstante, en otro lugar cerrado los miembros de la UMIR descubrieron una perra y dos cachorros de unos días de vida. Su color y tamaño se asemejaba a los encontrados en el contenedor. En un primer momento, el propietario negó haber arrojado a los animales al contenedor pero finalmente acabó reconociendo los hechos.