De hecho, los propios operarios eran los primeros sorprendidos al ver al pescador subido al Monumento al Trabajo –precisamente representado con gente de mar y una red de pesca- y lanzando su anzuelo al agua. Los peatones no fueron menos y comenzaron a sacar sus móviles para registrar semejante estampa. También los conductores avanzaban por la Gran Vía sin dar crédito a lo que veían sus ojos.
A juzgar por las imágenes y el vídeo que el propio pescador ha compartido en las redes sociales, su estancia ha sido larga nuevamente sin que nadie le persuadiera u obligara a bajarse. El montaje colgado en internet empieza a plena luz del día y poco a poco se ve cómo va anocheciendo mientras los vigueses asisten asombrados a una de sus nuevas bromas.
La publicación está acompañada de un texto en el que vuelve a amenazar con subirse al barco Bernardo Alfageme de Coia. «¿Sabéis en qué biblio hay trucha asalmonada para ir ahora en Noviembre? En unos días volveré a Vigo al barco de Coia y espero sacar alguna lubina«, ha escrito.