Nueve goles se vieron en O Vao, cuatro de ellos en los 20 primeros minutos. Y los tres siguiente llegaron en un lapso de tiempo aún inferior durante el segundo tiempo. El intercambio de golpes se inició nada más comenzar el partido con un primer gol del Coruxo en el minuto 6, obra de Youssef, y respuesta inmediata del Mirandés al minuto siguiente por medio de Matheus.
Poco después fue el conjunto visitante el que se adelantó en el marcador a través de Íñigo Vicente en el 18’. Un tanto que esta vez fue neutralizado enseguida por Silva, que empató desde el punto de penalti con algo de incertidumbre al estar a punto de parar la pena máxima el portero. A los 20 minutos el partido ya iba 2-2.
El Coruxo no se dejó amilanar por la inferioridad de categoría, dominó la posesión del balón y llevó peligro a la meta defendida por Joao Costa, tanto en jugada como a balón parado. Prueba de ello son los seis córneres que lanzó el cuadro local sólo en la primera mitad.
Pero quien marcó en un saque de esquina fue el Mirandés tras el descanso. Sergio González aprovechó para romper la igualada en el 53’. Lejos de enfriar los ánimos en O Vao, el Coruxo siguió acechando el área rival y avisó con un disparo al travesaño en el 64’ para empatar tres minutos después gracias a un gol de David Añón, uno de los hombres más activos del partido.
Sería el propio atacante gallego el que le daría la vuelta al marcador firmando el 4-3. Y, de nuevo, en cuestión de muy poco tiempo, en el 71’. Y, otra vez, de penalti. El equipo local logró aguantar casi hasta el final. El Mirandés asumió la responsabilidad que se le atribuía por ser el club grande y por ir a remolque en el marcador. Ganó terreno y obtuvo su recompensa con un penalti inexistente en el tiempo de descuento. Álvaro Rey no perdonó la pena máxima y forzó la prórroga.
Pero antes del pitido final el Coruxo se contagió de la locura del partido y de la polémica decisión que le acababa de perjudicar. Barril fue expulsado en primer lugar y minutos después fue Borja Yebra el que vio la roja. Así, el cuadro de O Vao se plantó en el tiempo extra con dos jugadores menos.
Derrota cara
Con todo, los de Michel Alonso estaban dispuesto a vender cara la derrota, si es que esta se producía. Incluso tuvieron la ocasión de adelantarse pero el colegiado (López Toca, el mismo que suspendió este domingo el Rayo Vallecano-Albacete) volvió a ser protagonista. El árbitro pitó un penalti en la segunda parte de la prórroga a favor del Coruxo pero luego rectificó su decisión al levantar la banderola el juez de línea por fuera de juego.
La pelea entre ambos equipos prosiguió en medio del barro, con un terreno de juego castigado por el partido del pasado fin de semana y por la lluvia de los últimos días. La crueldad no tuvo límites para los locales en esta Copa del Rey y quiso que el gol que decidiría la eliminatoria llegara a falta de dos minutos para el final. Martin Merquelanz marcó en el minuto 118 y echó por tierra la ilusión del equipo vigués, que en todo caso honró la competición y su nuevo formato.