«El genocidio ocurrido en Ruanda en 1994, es narrado desde una perspectiva nueva, única, llena de sentimientos y humanidad, que abarca los momentos anteriores y posteriores, de la mano de tres mujeres, en apariencia muy diferentes, pero que, sin embargo, están íntimamente unidas entre sí. «Mi hermosa Ruanda» nos hará reflexionar sobre cómo el amor puede lograr que no existan distancias entre razas, denunciando al mismo tiempo unos hechos que jamás debieron suceder».
Nacida en Barcelona en 1947, casada, madre y abuela, estudió filosofía y letras. Trabajó de 1972 a 1976 en una escuela rural de Ruanda. Al volver a España, comienza a ejercer como profesora de francés de Enseñanza media en Institutos Públicos en el extrarradio de Madrid, hasta el momento de su jubilación. Gran aficionada a la lectura, conoce los autores clásicos y modernos tanto en literatura francesa como española. Participa con grupos de alumnos y profesores en talleres de escritura, teatro y cine.
Ha participado en varios certámenes literarios siendo finalista en varios de ellos: XLVII Ateneo ciudad de Valladolid con la novela corta El valle de los narcisos, XVIII Premio Literario Felipe Trigo con el relato Llueve, y XXII Premio literario Felipe Trigo con la novela corta Miel de acacias, publicada por Queimada Ediciones. Ha publicado también un ensayo, La opción positiva con la editorial Absalon. Actualmente dedica parte de su tiempo al activismo social y político, comprometida en la lucha por un mundo más justo y sostenible.
Lo primero que me gustaría preguntarte es, ¿qué te llevó a un país como Ruanda?
La clave está en el libro, al final de la primera parte del cuaderno de Inés. Inés descubre una redacción infantil de Clara, su madre. Esa redacción es un documento auténtico: lo escribí yo a los diez años. Y a partir de ahí se suceden una serie de circunstancias familiares, un encadenamiento de causas, y así a los 24 años pude realizar mi sueño e ir a Ruanda.
¿Sigues manteniendo el contacto con el país?
Lo tuve durante bastante tiempo. Mantuve correspondencia con varias ruandesas, y con algunas personas españolas que seguían en Ruanda, muchas misioneras.
¿Hay algún alter ego en tu libro con el que te identifiques?
Sí, hay parte de mí en varios personajes. Y con ellas (son mujeres) juego a mi antojo, cambio mi destino. Releyendo la novela me conozco mejor y descubro mis sueños. Uno de ellos ha sido siempre volver a Ruanda.
¿Escribes para entretener o tienes otro objetivo?
Escribo para provocar. Con este libro pretendo provocar respeto por los pueblos olvidados, y coraje para luchar y comprometerse. Y al final, me gustaría que a pesar de tanto sufrimiento como relato en mi novela, el lector encuentre un sentimiento de esperanza y serenidad.
Has abordado el tema de una de tantas naciones olvidadas por «el primer mundo», además de tu experiencia personal, ¿has tenido dificultades para encontrar fuentes de documentación?
No, porque gran parte de lo que cuento en mi novela lo viví en primera persona. Y sobre el genocidio de 1994 existe mucha documentación y tuve también noticias de personas que seguían en Ruanda en esos terribles momentos.
Siento curiosidad por conocer quiénes son tus autores o cuales son tus libros de cabecera.
Hay tantos, esos libros que son un tesoro… la literatura francesa, por mi formación, Camus me encanta, «La peste»; «El Extranjero»; «Siddhartha», de Hermann Hesse ; «El hombre en busca de sentido», de Víctor E. Frankl, uno de mis favoritos. Y las novelas policíacas, H.Mankel…
¿Continuarás con tu aventura literaria?
Por supuesto. Escribir es para mí una pasión; las palabras son mágicas, escribo lo que siento, lo que pienso, y a la vez lo que escribo se hace parte de mí.
Te auguro un gran éxito con tu libro, Dolores, a mí personalmente me ha parecido precioso. ¿Dónde lo podemos encontrar?
En Alcorcón, mi ciudad, en la librería Vizcaya y en la librería Cosmo, también en Pontevedra en la librería Cinania de mi amigo Guillermo Moldes, y por supuesto a través de la Editorial Universo los que han apostado por el proyecto.