Abel Caballero se ha marcado como objetivo personal prohibir el tabaco en Samil, O Vao y las playas de las islas Cíes, así como en el estadio de Balaídos. A pesar de que la ordenanza chocaría frontalmente con la ley estatal que regula esta práctica en España, el alcalde de Vigo se mantiene dispuesto a sacar adelante una norma municipal que incluso sancione a quien fume en los mencionados arenales.
Hay que recordar que tanto la ley antitabaco de 2005 como su posterior ampliación de 2011 detallan en qué espacios está permitido y no permitido fumar. Básicamente, se consiente en cualquier espacio situado al aire libre. Existe una larga lista de excepciones que se especifican, una por una, en el texto legal. Y entre ellas no se encuentran las playas.
De hecho, tal y como avanzó VIGOÉ, el Concello de Vigo no ha incluido esa futura ‘ley local’ en su Plan Normativo Anual de 2020, documento que el Ayuntamiento ha tenido que presentar para informar sobre qué ordenanzas va a aprobar este año. Esa ausencia, que no era casual, no gustó al alcalde. Caballero ordenó este miércoles –precisamente el mismo día en el que la Corporación Municipal daba el visto bueno al Plan Normativo- tramitar la ordenanza antitabaco a pesar de entrar en conflicto con la legislación estatal vigente.
Es más, el regidor vigués incluso se ha aventurado a poner plazos. “Confío en que este verano esté operativa”, ha declarado este jueves tras ser preguntado por el asunto. El alcalde se mantiene en su tesis e incluso habla de que el nivel de las sanciones llegue a “todo aquello que permita la ley”.
Efectivamente la ley contempla multas de diversa índole en función de la gravedad y circunstancias del incumplimiento, pero nunca por fumar en una playa.
¿Qué hacen los demás municipios?
Todo esto puede resultar chocante teniendo en cuenta que muchas localidades de España han sacado adelante ordenanzas para que no se fume en las playas. Pero a sabiendas de que no pueden sancionar por ello. Los ayuntamientos juegan con el lenguaje y lo que realmente establecen es declarar el espacio libre de humo pero si alguien incumple esa recomendación no pueden actuar coercitivamente. O podrían hacerlo pero la multa carecería de validez y se podría recurrir.
El primer municipio que dio este paso en Galicia fue Baiona. De cara al exterior el Concello daba la imagen de sacar el tabaco de las playas, e incluso instaló carteles. Pero nunca denunció a nadie por ello. Cada vez que se veía a alguien fumar en los arenales se le solicitaba que apagase el cigarrillo o que saliera al paseo, pero nada más. Todo quedaba en peticiones o recomendaciones.
También la Xunta tiene creada una red de playas sin humo que suma unos 80 emplazamientos libres de tabaco, pero el Gobierno gallego dejó claro desde el principio que no se contemplan sanciones. Simplemente se trata de iniciativas encaminadas a la concienciación y a reducir el número de fumadores.